Ahora se acuerdan de la Comunitat

En cualquier caso, todo esto son especulaciones. Para algunos, ilusiones estadísticas. Aunque, queda claro, que lo que pase en el territorio valenciano será vital para que unos meses después Sánchez retenga la Moncloa o Feijóo tenga que cambiar el colchón -siguiendo la tradición presidencial- porque le desaloja. O sea, que lo que vaya a suceder en España en diciembre se va a jugar en buena medida en mayo aquí. Y, por tanto, sobre las espaldas de Puig y de Mazón cae la enorme responsabilidad cara a su partido de auparles al triunfo total o al fracaso absoluto. Tanto es así que, para uno y para otro, este reto debe suponer el todo o nada. Porque no es solo que ganen la Generalitat, sino que pueden darle a su 'jefe' las llaves de la Moncloa. Porque son, guste o no, sus jefes. Por eso se cuadran, uno y otro, cuando vienen por aquí. Como veremos hoy mismo con el presidente del Consell haciendo el paripé a Sánchez y alardeando de cuanto suma.

Es cierto que ambos, Puig y Mazón, están fajándose para intentar ser el ganador aquí y, por tanto, en Madrid. De hecho, la precampaña del Palau desde Navidades ha sido vertiginosa -aunque camuflada bajo la idea de «yo estoy gestionando»- con actos por toda la Comunitat -en especial en Alicante- y echando mano de manera recurrente de la chequera pública. Lo mismo que el presidente del PPCV, que se ha fotografiado en todos los pueblos de la Comunitat para darse a conocer, ha lanzado una potente campaña publicitaria y ha multiplicado su presencia en Madrid, para ganar peso a nivel nacional pisando platós y dando conferencias.

Pero lo que ellos hagan, en el fondo, a los valencianos nos es casi irrelevante. Lo que nos debe preocupar, en estos tiempos que los ojos de todos los partidos políticos y de los reputados analistas están sobre nuestra autonomía, es que se acuerden de nosotros sólo a la hora de votar y luego acabemos condenados al más absoluto olvido. A la intrascendecia. De hecho, está previsto que el president Puig se haga hoy la foto con Sánchez tras una legislatura en la que, los grandes problemas que Moncloa debería habernos ayudado a resolver, siguen en el tintero y tras una legislatura en la que las grandes reivindicaciones valencianas han sido ignoradas. Hablamos de la reforma del sistema de financiación autonómica; del acuciante problema del agua -que lejos de resolverse se agudiza-; del eterno corredor mediterráneo -que encadena incumplimientos gobierno tras gobierno-; del plan de Cercanías; del maltrato presupuestario del Palau de les Arts; del menosprecio hacia el Derecho Civil valenciano; del dinero de la dependencia, que nunca llega; de las peticiones para acoger la Agencia Espacial o ser sede de Puertos del Estado... Esos ninguneos de Moncloa hacia Puig y, por ende, a la Comunitat -que vivimos ya con anteriores gobiernos-, sólo hacen que demostrar que la Comunitat no les importa más allá que lo necesario para ganar en las urnas. Y por eso, ahora es el momento en el que todos los partidos deben de dejar sobre el papel -sin opacidades ni artimañas- sus compromisos con esta tierra. Como pasa con otras autonomías donde no hay legislatura que no logren arrancar grandes inversiones y compromisos. Es, sin duda, el momento de que Puig y Mazón se lo exijan a quienes ahora reclaman que les consigan las llaves de la Moncloa. Porque o se hace ahora o, de nuevo, veremos que el poder valenciano en Madrid es una anécdota irrisoria, que nuestras reivindicaciones caen en saco roto y que se vuelve a aplicar aquello de «si te he visto, no me acuerdo».

Domingo, 16 de abril. LAS PROVINCIAS se une a la COPE para convocar dos debates electorales con todos los candidatos. Seguiremos aunando esfuerzos. Es nuestra obligación como medio de comunicación y nuestro deber ante nuestros miles y miles de oyentes y lectores. No les podíamos fallar. Los candidatos, tampoco. Sería defraudar a quienes les deben votar. Toca dialogar.