El nombramiento del teniente general Gan Pampols es oxígeno puro en medio de la asfixiante atmósfera que estamos viviendo en lo emocional y en lo informativo desde que la DANA nos arrebató a más de 200 vecinos nuestros. El prestigio y la sensibilidad que tiene ... el militar que estuvo al frente del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad en Valencia y del Cuartel de la OTAN en Bétera son indiscutibles. Su valía profesional es el mejor refuerzo que podríamos tener para la urgente, exigente y colosal reconstrucción. Sólo hay que pedir a toda la clase política, a quien gobierna y a quien está en la oposición, en la Comunitat y en Madrid, que le dejen trabajar. Que le faciliten su misión. Que no le salpiquen con el barro político. Háganlo por las víctimas. Por Valencia. Estamos ante un liderazgo auténtico. Alejen de él cualquier toxicidad. «La principal misión (de los líderes) es servir y no servirse y que tengan muy a gala jamás aferrarse al puesto que ocupan», escribió Gan. Ahí queda. De un sorbo y sin azucarillo.
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