Auto tras auto, la jueza de Catarroja se va convirtiendo en el epicentro del devenir de la dana. No por la investigación y las declaraciones ... de imputados y testigos, de un altísimo valor para esclarecer responsabilidades sobre la gestión de la catástrofe, sino por el contenido de sus resoluciones. En concreto, por la forma inequívoca y contundente de dejar clara su visión de lo que ocurrió. El último auto, que se conoció el martes, es un sólido reflejo de ello. Habla, en referencia a responsables de la Generalitat, de una «evidente pasividad frente una situación gravísima». Una afirmación demoledora, que se encadena con otras muchas más y que deja definido el camino que la instructora ha tomado. Y que, en el fondo, será el que marque el destino de muchos de los señalados por la gestión de la catástrofe. Alguno de ellos, medio año después, con su futuro político y personal por aclarar. Porque si algo es evidente es que, tras la dana, nadie puede permanecer igual. Las cosas deben y van a cambiar. Eso sí, la jueza marca los tiempos. De un sorbo y sin azucarillo.
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