La dimisión de Alfred Costa ha sacudido, aún más, la actualidad valenciana. Otro sobresalto en esta montaña rusa de la que es imposible apearse. À Punt pierde a un director que intentó, a pesar de los tremendos corsés impuestos por un visceral consejo rector, sacar ... del letargo una radiotelevisión autonómica que heredó moribunda. Le dio un necesario giro hacia sus esencias (Canal 9) y vio que, en el ente público, debían tener cabida todas las sensibilidades que aglutina la Comunitat. Hizo lo que pudo. Lo que le dejaron. Hasta lograr, con la dramática DANA, poner en valor el papel de À Punt al servicio de los ciudadanos y alcanzar, entonces, las mejores cuotas de audiencia de su historia. Comenzó a sacar, en definitiva, a la RTVV de la irrelevancia en la que ha estado encadenada desde su puesta en marcha, pese a contar con excelentes profesionales. Su salida, ahora, es otra bomba de relojería para un Mazón con excesivos frentes. ¿La venganza por ir ofreciendo su puesto? Quizá. De un sorbo y sin azucarillo.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.