Lo que más sorprendió del coloquio de Carlos Mazón ayer en el Forum Europa no fue lo que dijo -esperable en argumentos, elogios y ataques-, ... sino el público del evento. La hiperbólica mesa presidencial contó con una treintena de personalidades valencianas arropando al molt honorable, incluido su Consell. Además, había aforo completo, con mesas de invitados hasta en un segundo piso del auditorio. Esa imagen -esa necesidad de estar allí acompañándole- es la que acaba poniendo nota a lo que ha sido, para la sociedad civil, su 'Primero de President'. De hecho, cuando ese nivel de cariño mengua en estos actos puedes sospechar que algo ya no funciona. El jefe del Consell recibe ahora mucho de ese cariño. Ante ello, él saca pecho por lo logrado. Normal. Pero, como en el cole, 'Segundo' es más difícil. Especialmente cuando toca estar en minoría y negociar cada paso. El presidente se maneja bien en ese hábitat. Tiene cintura para la negociación. El problema será el dinero. Que, como remarcó, es finito. Sin él, todo se tambalea. Y en Moncloa, donde se reparte, se masca el chantaje. De un sorbo y sin azucarillo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad