Les Corts volvió a ofrecer ayer un lamentable espectáculo. De nuevo, la bronca y la falta de respeto se impusieron a cualquier atisbo de debate ... constructivo y discusión sobre la delicada situación que vive nuestra tierra. Fue, sencillamente, bochornoso. Y no se salva nadie porque, de una forma u otra, todos fueron cómplices o protagonistas de actuaciones esperpénticas y gestos inadecuados, de gritos fuera de lugar y aspavientos condenables. Su actitud no representa el espíritu conciliador de esta tierra. Y, además, muestra una falta de respeto al estrado al que suben y al sillón que ocupan. Y es preocupante. Porque, mientras el pataleo político lo ensordece todo, la emergencia sigue copando la realidad de las zonas devastadas. El resultado de su actitud es evidente. El último barómetro del CIS desvela -no por casualidad- que para los valencianos el principal problema en este momento «es el mal comportamiento de los políticos». Feliz Navidad, señorías. De un sorbo y sin azucarillo.
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