Corona de Aragón, sí
JOSÉ VICENTE GÓMEZ BAYARRI, ACADÉMICO DE LA RACV
Martes, 4 de marzo 2025, 23:44
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JOSÉ VICENTE GÓMEZ BAYARRI, ACADÉMICO DE LA RACV
Martes, 4 de marzo 2025, 23:44
El político, filósofo y escritor romano Marco Tulio Cicerón escribió que la Historia era testigo de los tiempos y luz de la verdad. La Historia ... es un elemento consustancial de un pueblo y memoria de la sociedad; es el mejor antídoto contra la distorsión ideológica. Debemos desmitificar los tópicos nacionalistas que la tergiversan para arremeter contra la manipulación de la verdad que reflejan las fuentes históricas.
Ya Ramón Menéndez Pidal rebatía a ciertos historiadores que interpretaban los documentos en función de un maniqueísmo político, redactando historias y artículos partidistas, falsarios y lacrimógenos, sin ningún rigor científico. Y el historiador catalán Jaime Vicens Vives se propuso desmitificar los tópicos nacionalistas heredados de la Renaixença; así como el continuo «victimismo» desde el Compromiso de Caspe. En relación con esta cuestión Antonio Bofarull en su 'Historia Crítica' y Víctor Balaguer en su 'Historia de Cataluña' tildan la Sentencia de Caspe de «criminal injusticia» y se acusa al santo valenciano Vicente Ferrer de ser el protagonista y el más culpable de las decisiones tomadas en el Compromiso y que fue instrumentado por el Papa Benedicto XIII.
El medievalista Domingo Buesa subrayó: «Cuando se habla de Corona catalana-aragonesa se está mintiendo; esa denominación es un disparate». Y en la misma línea, el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza y académico de la Real Academia de la Historia José Ángel Sesma señaló: «Este tipo de artimañas es muy habitual en cierta historiografía catalana». El historiador José Luis Corral apuntó: «Desde hace mucho tiempo los historiadores catalanistas, que no catalanes, intentan falsificar la Historia. Hay quien habla de 'reyes-condes' para referirse a los condes de Barcelona». Y el hispanista británico John Elliott, catedrático de la Universidad de Oxford, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1996 y gran conocedor de la Historia de España, sentenció: «Es terrible que en Cataluña se enseñe una Historia nacionalista y deformada».
¿Por qué hemos recogido estas citas sobre la objetividad y crítica histórica? Sencillamente para justificar que lo correcto es hablar de Corona de Aragón y no de Confederación catalana-aragonesa, o de Corona catalana-aragonesa que son denominaciones antihistóricas o mitos, plasmadas con el objetivo de potenciar el sentimiento de identidad y tergiversar, manipular e interpretar de manera arbitraria la documentación histórica.
Del análisis de documentos de colecciones diplomáticas de la cancillería real de la Corona de Aragón, de cartas de repoblación otorgadas, de sellos de los monarcas, de monedas acuñadas y de otros documentos archivísticos de muy diversa índole y procedencia se extrae que no aparece registrado para designar este territorio las nominaciones diplomáticas anteriormente apuntadas.
¿Por qué se bautizó esta nomenclatura? Porque la terminología diplomática de la Corona de Aragón no satisfacía las ansias nacionalistas de Cataluña. Suponía para ellos el reconocer la preeminencia del rey y del reino de Aragón sobre los demás territorios de la Corona, incluido el condado de Barcelona, que no poseía el rango de reino. Para reflejar su delirio, lo mejor es inventarse una nueva como fue el título de 'comte-reis' para los reyes de Aragón y no supeditar así la dependencia del territorio catalán, entidad territorial que tenía menor rango diplomático, a la figura del rey de Aragón.
Y para completar su paranoia se inventaron la figura de rey de Cataluña y sustituir al título nobiliario de conde de Barcelona. Y aún más, han antepuesto el título de Corona de Cataluña a la de Aragón. Nacía así la mal llamada Corona catalana-aragonesa, eliminando los lazos de dependencia jerárquica del territorio catalán a la potestad del rey de Aragón. Con esta denominación se otorgaba un rango de superioridad al inexistente y falso título de rey de Cataluña al anteponerlo al verdadero título de rey de Aragón.
El historiador catalán Joan Reglá sostuvo que la unión entre los diversos dominios integrantes de la Corona de Aragón fue de tipo personal. La Corona de Aragón fue una unión real, nunca llegó a ser una confederación, ni una federación, y por supuesto jamás una confederación catalana-aragonesa. Estas intitulaciones son un invento del romanticismo con fines historiográficos.
Estas aseveraciones expuestas vienen a cuento por las tergiversaciones históricas que con fines espurios se vierten en publicaciones, exposiciones, docencia y medios de comunicación filo-catalanistas en las que el nacionalismo catalán transmite perogrulladas beligerantes entre soflamas patrióticas.
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