
Lim se irá si no vende Mestalla
El modo más directo de que se marche es no concederle la posibilidad de deshacerse del estadio
JULÍAN GARCÍA CANDAU
Lunes, 26 de agosto 2024, 23:25
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JULÍAN GARCÍA CANDAU
Lunes, 26 de agosto 2024, 23:25
Al Valencia que están matando se le están muriendo glorias en las que recordar momentos imborrables. Primero, Mañó y después, Paquito. Al Valencia que están ... asesinando se le anuncian como grandes fichajes el de Luis Rioja a quien con todos los respetos no se le puede comparar con contratos de antaño. Al Valencia, al que están desprestigiando nacional e internacionalmente, parece que como no tenemos para pagar la hipoteca vendemos la casa, Mamardashvili, y el comprador, que es muy majo nos presta este verano para las vacaciones. Al Valencia, que no puede mirarse al espejo porque descubre que no puede tener presencia en la pasarela ya que tiene más arrugas que jamás, le acosan las ruinas económicas y el mayor accionista solamente juega a que un día de estos pueda vender las parcelas de Mestalla.
Es en la operación que pretende Peter Lim y ante la misma, el valencianismo y las autoridades deben plantar cara ante el empresario. La idea de no abandonar el viejo e histórico Mestalla, que es un bien inmaterial, pero en el que están concentrados los ideales futbolísticos de su centenario, tengo la impresión de que sería la mejor operación.
Dado que Lim no ha cumplido ninguna de las condiciones con las que teóricamente se adjudicó en la mayoría accionarial, la ciudad ya no necesita que le sigan toreando con el estadio, es decir, el Nou Mestalla. El edificio, que es un pésimo ejemplo del señor Peter Lim, creo que desde el punto de vista valencianista, perdida la opción ya de que la ciudad sea sede del Mundial, el esqueleto se lo pueden quedar tanto Peter Lim como sus acólitos. Los valencianistas los pequeños accionistas, cinco en mi casa, deberíamos defender la opción de continuar en nuestra vieja casa, que es el Mestalla actual.
Tal vez si no se le concede ninguna de las prebendas que desea y se convence de que no hay opción a la venta de las parcelas del estadio actual, quizá se convenza algún día de que su mejor operación seria poner el club en manos de otros u otras empresas.
Gritar tarde tras tarde la de 'Lim vete' ya no sirve para absolutamente nada. En Singapur se cisca en los miles de aficionados que no lo quieren, pero cada año pagan su cuota y acuden a los partidos para ver al equipo. Echar a Lim de Valencia es deseo plausible. No ceder a ninguna de sus pretensiones, más todavía. El Nou Mestalla, que se lo quede. El viejo, el entrañable, hay en cambio que defenderlo.
Tal vez esté equivocado, pero el modo más directo para que se marche de aquí es no concederle la posibilidad de que pueda llegar a vender Mestalla y con sus parcelas haga el negocio por el que vino a la ciudad de Valencia.
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