EDITORIAL | La hora de Mazón

Mes y medio después de celebradas las elecciones autonómicas del 28 de mayo, Carlos Mazón ha sido investido por Les Corts Valencianes como presidente de la Generalitat. El séptimo tras la aprobación del Estatuto de autonomía de 1982, tras Joan Lerma, Eduardo Zaplana, José Luis Olivas, Francisco Camps, Alberto Fabra y Ximo Puig. Comienza, por tanto, un tiempo nuevo en la Comunitat tras los ochos años del Consell del Botànic. Un periodo con más sombras que luces, en el que el radicalismo de los dos socios menores –Compromís y Unidas Podemos– acabaron lastrando al mayor –el PSPV–. Lo cual no evita reconocer los aciertos en la gestión –que también los hubo– o el tono conciliador que Puig trató de imponer a su actuación. En todo caso, esa etapa ya es historia. Lo que ahora comienza es un nuevo periodo, en plena campaña electoral para las generales del 23-J y con unos retos que el recién nombrado presidente deberá afrontar desde el primer día. Los problemas en la sanidad es uno de ellos, como ha destacado en su discurso. Con las listas de espera o la atención en Urgencias como tareas prioritarias, sin olvidar la salud mental, «esa pandemia silenciosa», como la ha calificado Mazón. La educación también ha ocupado parte de su intervención. Con cuestiones tan capitales como garantizar el derecho de los padres a elegir la enseñanza que quieran para sus hijos, acabar con la discriminación a los colegios concertados o promover el bilingüísmo que establece el Estatut, con la igualdad de las dos lenguas –castellano y valenciano– en lugar de la primacía de una sobre la otra. La calidad de los servicios públicos, la apuesta por un crecimiento respetuoso con el medio ambiente o la reducción de impuestos también han tenido hueco en las palabras del líder del PPCV, que ha encontrado en Ximo Puig una respuesta institucional, de guante blanco, como corresponde a un debate de investidura. Nada que ver con el tono mitinero que ha empleado el nacionalista Joan Baldoví, exaltado y buscando desesperadamente una cuota de protagonismo que las urnas le han negado, lo que augura jornadas tensas en la Cámara valenciana. También ese será un reto para Mazón, lidiar con una oposición responsable, que puede ser alternativa de gobierno, y con otra que va a intentar siempre el choque frontal con el Consell. Pero ahora es su momento, su hora, primero formando gobierno y de inmediato asumiendo ese gran desafío llamado Comunitat Valenciana.