Baraja ya es historia como entrenador del Valencia. Nunca me ha dolido tanto llegar a la conclusión de que un inquilino del banquillo blanquinegro tenía que ser destituido. Porque todos queríamos que al Pipo le fuera bien. Pero hace ya semanas que la situación era ... insostenible. Desde la noche de UD Las Palmas en Mestalla -jornada 10 de Liga- todos, en mayor o menor medida, empezamos a pensar en esa realidad. Siete jornadas después no han tenido más remedio que tomar la dolorosa decisión. Siete semanas perdidas. Si al Valencia le falta liga para salvarse será por una nueva irresponsabilidad de sus impresentables dirigentes. Pero, por más que fuera irrefutable el despido, no cambiará mi forma de ver las cosas con el Pipo. Hizo lo más parecido a un milagro la primera temporada y casi lo repite la siguiente con aquella ilusión europea que nos acompañó hasta abril. Si nos lo dicen el día que llegó no nos lo creemos ninguno. Y no lo habríamos creído... no por él, sino por Meriton. Hacer rendir a cualquier Valencia dirigido por estos personajes es sencillamente imposible; antes o después vas a caer. La trituradora de entrenadores no entiende de lonas ni leyendas. Baraja quiso luchar contra eso y acabó sucumbiendo como todos los demás. No hay que olvidarlo; Baraja es otra víctima de Lim. Antes ha caído la leyenda que Peter, y eso nos debería llevar a la reflexión; el malo sigue siendo el mismo de siempre.
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Rubén Baraja ha cometido errores. Algunos gruesos como su cercanía al discurso de Meriton en multitud de ocasiones. Pero nunca lo hizo para proteger su cargo como Corona o Solis. El Pipo no es un lacayo paniaguado. Solo entendió que ayudar a su Valencia desde dentro tenía un peaje que había que tragar. Y, al final, el sapo le devoró después. Solo él sabe si se arrepiente de algunas actuaciones contrarias a su naturaleza con discursos más propios de Corona que de un valencianista como él. Pero tengo claro que lo hizo pensando en el club y no en él mismo. Pero todo eso ya no importa mucho porque ha sido despedido con la misma frialdad que los anteriores pese a haber sido el entrenador que más ha protegido al sistema desde Nuno. 'Cría cuervos y te sacaran los ojos'. Yo no voy a cambiar mi concepto de Rubén Baraja. Con el paso del tiempo se perdonarán sus errores y se mantendrá su leyenda. Mi respeto siempre lo tuvo y jamás cambiará.
Ahora llega Carlos Corberán. Ni Quique ni nada que se le parezca. Jamás ha entrenado en España y mucho menos a un equipo de nuestro descenso. En mi opinión, asuntos de vital importancia en situaciones críticas como esta. ¿Eso le convierte en mal entrenador? No. Eso le convierte en un número de lotería con gordo o muerte. El que no quiera verlo tiene un serio problema. Corona -porque es de Corona- ha elegido el perfil más barato posible, que acepte venir al Valencia con fichajes o sin ellos y que ya tiene cierto bagaje como entrenador. Si sale (extraordinariamente) bien lo salva. Si no sale, el club desciende y tiene dos años más de contrato. ¿Para entrenar en segunda? Pues, hombre, no parece muy difícil pensar que esa sea la idea. Pero, claro, ¿alguien ha pensado en Mestalla? Si Mestalla no «autoriza» al recién llegado... está muerto. Con Quique garantizabas comunión desde el primer minuto. Carlos Corberán -no es culpa suya- será visto con la duda de sus valedores. Ojalá salve al Valencia porque es el deseo de todos. Pero será otro milagro como el de Baraja cuando llegó... pero sin ser leyenda y siendo de Lim.
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