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Allí no hubo ningún 'caído por Dios y por España', como aún se ve en antiguas fotografías del admirado Paco Jarque. Allí no existían odios, porque todos compartían la pobreza, unos olivos, un pedazo de huerta, unos almendros...

«Hay guerra», anunció alguien. Pero nadie ... exigió libertad e igualdad porque ya las poseían. Dos veces se presentó un coche con forasteros que llevaban pistolas en el cinto. «¿Quién os estorba aquí?», preguntaron. «Nadie». «Pensadlo bien, porque pasaremos de nuevo».

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