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Difícil es descubrir hoy el trazado de la vía comercial que se entoldaba gracias a los comerciantes, que así ofrecían sombra de buena mañana. Era ... la calle que recibía el impulso mecánico y ruidoso del tranvía; el anuncio de que la ciudad enlazaba los barrios del norte -casi huertanos- con los que aspiraban a la modernidad. Ahora las mesitas de las terrazas pertenecientes a locales con nombres ingleses, italianos o franceses son solicitadísimas y reina el olor de freidurias, café o chocolate, según los meses y la temperatura; es una de nuestras grandes plazas con vida intensa y cambiante; donde jugaban los surtidores de la fuente central o desaparecían sin más; acuden palomas o brillan por su ausencia. Es plaza para divagar, proyectar, quedar con amigos en los bancos centrales o suspirar porque los ocupan quienes desde buena mañana deciden pasar alli la jubilación, con todos sus derechos. Y todo ante un trajín de turistas dedicados a fotografiar el Miguelete y la catedral.

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lasprovincias Antigua calle de Zaragoza