Ante la dolorosa situación del cierre de pequeños comercios, que claudican por la crisis económica o la evolución de los tiempos, he recordado aquella otra oleada de parecida situación que acabó con las subtiendas de barrios.
Publicidad
Eran pequeños locales conseguidos con más imaginación que espacio ... físico, que suplían a un taller tras el portalón de una casona, o eran utilizadas por un modestísimo alquiler, o la portería que abandonaba la cuidadora de toda la vida.
Allí, en el recodo de la entrada a una finca era fácil descubrir a la señora que dejaba por unas horas a la familia para 'subir puntos a las medias', cuando por módico precio se restauraban.
¿Y qué decir de la anciana que arreglaba muñecas...? En su cuchitril de Ruzafa, se afanaba tanto en colocar ojos de cristal como tirabuzones que devolvían ilusiones a niñas. La popular resucitadora de muñecas también suplía el varillaje a los paraguas dañados después de un vendaval.
Igual a una pequeña tienda, con un tablero abatible de soñado mostrador, atendía el hábil relojero y grabador de anillos y medallas. Claro que, solicitado en cada barrio, existía el zapatero, tan buscado en el tiempo de sueldo fijo, escaso y sin pagas. El zapatero llegó a disponer de estampas publicitarias de 'Calzados Fray' utilizando la estampa de San Crispín, el patrón del oficio. Trabajadores a cualquier hora, tenían en el cuchitril las tenazas, las cuchillas, la espiga de coser, las tachuelas, la lezna o punzón y el cuenco con engrudo.
Publicidad
Fueron los grandes almacenes, con su enunciado de secciones y ofertas, los que pusieron fin a las subtiendas; también la mejora de una economía en la que antaño predominó el llamado pluriempleo. De aquel tiempo queda la cuarteta exhibida en una puerta del zapatero: «Sempre Pepet ens deia: / sabates que mai són vells / i al cap de cent anys i un dia / ens soterraran amb ells». Tiempo para sonreir y llorar.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.