Carnaval en Ruzafa

Vida y obra de la gente que llegó a nuestra ciudad y se quedó, aportándonos con generosidad desde dialectos a los perfumes de Oriente, a las danzas de esas mujeres que cubren la cabeza con pañuelos que imitan la corola de una hermosa flor.

En Ruzafa conviven marroquíes, chinos, pakistaníes, latinos, africanos..., pero todos son conscientes de que las raíces no deben perderse y se afanan por mantener sus costumbres y sus fiestas; acuden a una parroquia elegida, cumplen con el ritual en la mezquita o en la sinagoga; y creyentes o agnósticos, respetan el calendario que marcan los valencianos. Y al llegar el Carnaval, con sus disfraces, su desinhibición y la alegría ante el renacer de la primavera, se organizan desfiles para deslumbrar con mágicas figuras de papel y de seda; con increíbles gigantes que se contorsionan, con danzarinas o con sabias artistas que decoran las manos con henna pintando guirnaldas de capullos diminutos, mientras jóvenes marroquíes obsequian con té aromatizado con hierbabuena.

En el desfile carnavalesco de Ruzafa, tan enriquecedor por los trajes de Ecuador, Colombia, Guatemala, Bolivia o Perú, complementados con sombreros, mantones y chales (la mayoría artesanales), existe un extenso colorido de banderas y una mezcla de ritmos que hacen palpitar una emoción inexplicable al pensar en aquellos lejanos países que eligieron fraternalmente Ruzafa, para afincarse en lo que fue remota huerta, poblado árabe y jardín.