Carpesa, pedanía huertana

Todas las pedanías poseen peculiaridades que merecen la visita por sus construcciones tan vinculadas a la historia; así, en Carpesa, se admiran las peculiares calles con fachadas de ladrillo y puertas hermosas de madera torneadas. Recordemos que la utilización de las populares rajoles se debe a la gran producción que alcanzó la vecina Alfara del Patriarca en el siglo XIX y comienzos del XX. Según dice el historiador Martínez Aloy en la Geografía del Reino de Valencia (1924), la Compañía de Tranvías y Ferrocarriles transportaba anualmente hasta Valencia, por término medio, ocho millones de ladrillos que pesaban catorce mil toneladas, además de los carros que de forma incesante cargaban el género.

La vida social en las pedanías discurre casi siempre alrededor de la plaza mayor, con fuente central que muestra el escudo de la ciudad en lo alto de una columna de ladrillo visto, entre árboles y bancos alrededor.

En Carpesa, la Plaça del Poble dista pocos metros de la iglesia de los santos Abdón y Senén -els Sants de la Pedra-, protectores contra el pedrisco. El templo es interesante; se construyó cuando todavía el lugar era de la jurisdicción de la Orden de Montesa, heredera de la extinta Orden del Temple.

Pedanía para descubrir en cualquier atardecer de verano.