Borrar

Implacable, noviembre nos trae el recuerdo de aquellos seres que perdimos para siempre. En la insistente evocación se llega a creer que percibimos el sutil olor personal, nos emocionamos ante una fotografía, el bolígrafo que usaba el padre o el costurero con su mundo de ... hilos multicolores que se enredaban entre los dedos maternos. Noviembre es engañoso, con tantos ritos, misterios y leyendas que empezaron a germinar cuando temblaban las luces de velones que mostraban tarjetas con los nombres de fallecidos a los que se ofrecía el cirio; y nosotros, en la ingenua niñez, creíamos que llegaba al alma destinada.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Los que se fueron