Oculta riqueza

El estudio radiográfico de la casulla -que estaba catalogada como textil italiano- confirmó su origen valenciano, máxime al compararla con otra casulla similar de Segorbe que también ocultaba páginas del mismo libro. De esta forma se concluyó que pertenecieron a la Cartuja de Vall de Crist, la que fue fundada por deseo de don Martín, hijo de Pedro el Ceremonioso, y de la que sería abad Bonifacio Ferrer.

Riqueza sedera y manuscrita de ese siglo nuestro llamado de oro, ocultas por negligencia, puesto que los textos, escritos en valenciano y con una letra gótica minúscula, tratan de una obra de carácter moralizante. En la parte que ha podido leerse se recogen dichos de autores clásicos, de los Santos Padres y de las Sagradas Escrituras, orientando la conducta que debe seguir el cristiano.

Así, se cita a Salomón en el Libro de la Sabiduría, y a Isaías entre los clásicos; a Séneca, Juvenal y Horacio; y entre los Santos Padres, a san Jerónimo y a san Agustín. La indagación prosigue. Después del estudio sobre los textos, entre los que sobresalen los dedicados a las virtudes de la 'Mesura' la 'Templanza' y la 'Pertinença', llegará el de la biblioteca de tan importante cartuja, en la que Bonifacio Ferrer fue el autor de la Biblia Valenciana. Y dispuso su voluntad de ser enterrado en su claustro mayor.

Lo que nunca sabremos es quién arrancó las valiosas páginas para formar la almohadilla que, cubierta de seda, proporcionó volumen para el bordado. El pasado siempre es una cadena de misterios.