Renace Deán

Deán se hallaba en uno de los lugares especiales de la Valencia histórica, entre templos, a las espaldas del Colegio del Patriarca. Y bien, aquella etapa tuvo su fin -como todo en la vida- pero el espíritu de José Megías, el fundador de Deán, permaneció de tal forma que un buen día comenzó a pintar sobre maderas envejecidas por el tiempo, esas maderas que tienen también la superficie herida, rugosa; y ahora ha decidido exponer junto con amigos pintores unidos por la atracción de la creatividad y el diálogo espontáneo que surgió en Cappuccino, el café que parece haber heredado el fervor por las tertulias de tiempos evocados.

El feliz resultado de las conversaciones que despejaron problemas, será el próximo día 8 de abril, al atardecer, en el restaurante Bar Mestalla, el que gerencia Sergio Medina. A los pintores, de distintas nacionalidades, les unió Valencia. Tanto la neoyorquina Leah Newman Bornstein, como el chileno Gastón Rojas Elgueta y el búlgaro Tano Petrov, conocidos a través de José Megías, quedaron atraídos por la luz con las cambiantes veladuras de las nubes blanquecinas, transparentes, que la convierten en única.

A los cuadros impresionistas de Leah Newman -figurativos en su mayoría-, las pinturas de Gastón Rojas, cuando la lluvia difumina y transforma el mundo que nos rodea; los cuadros que nos remiten a las pacientes decoraciones pompeyanas que realiza Tano Petrov, y los paisajes inconfundibles de campos que en lejanía se funden con el horizonte; paisajes que Megías ha trasladado ahora a la Malvarrosa, la de los arenales, los arbustos que se aferran a la arena y los aislados pinos que siguen desafiantes. Consorcio Dean es una apuesta por la unión de culturas y arte.