Fija, limpia y da pavor
Hay una escena de 'Quo Vadis' que me recuerda demasiado al PSOE en estos días. No tanto por el incendio de Roma como por la ... reacción de Nerón. Es ésa en la que Peter Ustinov, el mejor Nerón del celuloide, está viendo arder la ciudad y a la turba acercarse, encolerizada, a punto de tomar el palacio. Por miedo a lo que puede pasar, decide protegerse dentro, sabiendo que tiene a sus pretorianos para dar la vida por él. Justo entonces, cuando se retira de la terraza escuchando los gritos del gentío, Nerón pregunta a Petronio: «¿es posible que los seres humanos sean capaces de emitir un sonido como ése?». Y Petronio contesta: «Sí, cuando se abusa de ellos».
Sánchez parece tener una personalidad adecuada para triunfar entre esos emperadores desatados que ocuparon en ocasiones el trono de Roma como Calígula, Domiciano o el propio Nerón. Ególatras y tiranos, se creían intocables por la existencia de soldados que los protegían pero, sobre todo, de una corte dispuesta a servir al emperador hasta el propio sacrificio. Sin calcular el efecto ni las consecuencias. La escena de 'Quo Vadis' no puede ser más simbólica: cuando no queda nadie a quien usar para salvarse uno mismo, el tirano no tiene más opción que infligirse la pena máxima o, como en el caso de Nerón, pedirle a un liberto que lo hiciera por él. En cualquier caso, lo hará asombrado de que esos que hasta ayer le aplaudían, ahora pidan su cabeza.
No sé si es el fondo rojo de las comparecencias en la sede de Ferraz, que recuerdan a la Roma incendiada, o las ganas de cambiar de dinastía, pero ver a Sánchez señalando al PP y Vox con lo que tiene el PSOE encima me recuerda inevitablemente a Nerón echando la culpa a los cristianos del fuego que arrasó la capital del imperio. En una palabra, habiendo perdido el sentido de la realidad. Tocando la lira, como Nerón, como si lo esencial fuera crear todo de nuevo sobre los rescoldos de la ciudad antigua sin pensar que el daño a los demás puede volver en forma de venganza. A Sánchez le han tirado de la manta, la colcha y hasta la funda nórdica en cama de matrimonio. A lo grande. Sin embargo, él se refugia tras su guardia pretoriana como ha hecho en estos años, jugando con pocas piezas muy fieles en el partido y el gobierno. Lo malo es que las va quemando conforme lo necesita y llegará un día en el que el fuego lo cerque a él. Si es que no ha llegado ya.
Ahora presume de ser el partido más limpio, como si lo ocurrido fueran salpicaduras de la lluvia en la parte exterior de los cristales. El PSOE de Santos fija, limpia y da pavor.
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