Objetivo Feijóo

Es cierto que su figura representa a un equipo de gobierno ineficaz, dicho con suavidad o, como escribió tan acertadamente en estas páginas Héctor Esteban, «un Cecopi de inútiles». Es, por tanto, el máximo responsable de un equipo que no funcionó tanto si estaba solo como acompañado del presidente. Pero el fracaso no se resume en él ni todo se resuelve con su salida. Lo que se resuelve es la posibilidad de volver al poder para quienes piden su cabeza. «Mazón, dimisión» es el mejor eslogan: puede atribuirse a la espontaneidad de los indignados, aunque esté todo calculado; es una frase fácil de recordar y de descodificar; sitúa todos los males en una figura que hace de pimpampum e invalida a quienes lo sostienen. La dimisión se presenta, así, como un sortilegio que arreglará de un plumazo todo lo deteriorado, incluso aunque el inicio de un hipotético proceso electoral dilatara o dificultara la recuperación. Es más, incluso aunque ese proceso empeorara la situación de la oposición. Creen algunos que el enfado por lo sucedido se traduce en votos para PSPV y Compromís pero esa conclusión es ciertamente precipitada. No importa. Solo importa tener una cabeza de turco y presentarlo como el origen de todos los males de los valencianos. Lo mismo se hizo con Camps cuando el accidente del metro. Y es cierto que el PP tampoco actuó como debía, pero la oposición mostró las mismas estrategias de ahora. Aparentemente se enfundan en el disfraz de defensores de las víctimas, aunque las utilicen para desgastar al gobierno y alcanzar el poder. Como si algunos gobiernos necesitaran ayuda ajena para desgastarse.

Lo que vemos ahora es, además, cómo el PSOE ha asumido como propia esa estrategia que tan buen rédito creen que les dio al PSPV. Así, desde Madrid, Morant se ha puesto al servicio de Sánchez para dar a Feijóo en el trasero de Mazón. Como si el presidente popular no estuviera ya escocido con el líder valenciano desde su pacto exprés con Vox antes de que él ganara las elecciones. Morant está marcándose un Abascal con el susto de la moción de censura, aunque sepa que no va a salir.