Urgente La Primitiva de este lunes deja tres premios de 35.758,38 euros

Todo el mundo miraba al partido del domingo en Mestalla como el día 'D'. El partido de la salvación: ganas en casa, con los tuyos ... y ante el Espanyol -que llegaba al borde de un descenso matemático que acabó confirmando- y se acabó la pesadilla. Era 'la final por la permanencia'. Y yo pensaba... '¿Y la anterior? ¿Nadie piensa en la anterior?' Parecía que tres días antes no había una final por la misma permanencia en Son Moix. Y, me lo van a perdonar, pero no me quito este asunto de la cabeza.

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La indolencia, el conformismo y la falta de ambición ante el Mallorca derivó en derrota casi regalada ante un equipo que no se jugaba nada ni hizo nada para ganarte. Al contrario que el Espanyol, claro, que se jugaba la vida. Y eso ya lo sabías antes de empezar el partido del jueves, que ganar en Palma te salvaba sin depender del último partido en casa. ¿Cómo pudo el equipo y el entrenador cometer un error de cálculo de ese calado? Hoy el Valencia no está salvado porque se pensó que con lo de Mestalla bastaría y renunció al partido anterior. Y hay dos cosas que indignan más si cabe. La primera fue ver al Valencia salir ante el Espanyol, fuerte, agresivo, arrollador... vamos, que si hubieran querido lo podrían haber hecho igual ante los de Aguirre. Y lo segundo escuchar a los protagonistas al término del partido como si no pasara gran cosa. El discurso conformista tras la derrota fue el mejor reflejo de los que vimos en el campo. La noche del jueves acabé indignado y, lo que es peor, con la sensación de que el único indignado era yo. Está el Valencia como para ir regalando jornadas.

Y de aquellos barros tenemos estos lodos. El Valencia puede descender en la última jornada. Todo lo demás son milongas. Me hace gracia lo de la inteligencia artificial esa que asegura que hay un 1% de posibilidades de descenso. Como si el fútbol entendiera de probabilidades. ¿Cuántas tenía el Valencia de marcar el 2-1 ante el Valladolid en la última jugada? ¿Cuántas tenía de que Masip regalara un gol? ¿Y del tanto de Samuel Lino en el minuto 93 para empatar el domingo? Y, si quieren, hablamos de las probabilidades que tenía el Villarreal de bajar el año que entró en descenso en la última jornada. Eso es una mentira para el que la quiera comprar.

Me cuesta creer que Joaquín, en su despedida, quiera descender al segundo club de su vida

El Valencia puede bajar y no debe pararse a pensar que no se van a dar los resultados de la carambola letal. El Elche ya vemos lo que está haciendo pese a estar descendido, el Valladolid juega en casa y el Almería ante el hundido Espanyol. Y lo que es más importante, cada vez que el Valencia sale a no perder un partido, lo palma. Esa es la realidad. Y necesita un punto para salvarse. Por eso me indignó tanto la tarde de Mallorca y por eso estoy ciertamente preocupado con lo del domingo. 'Lo normal es que no baje' escucho sin parar. Hasta yo mismo lo pienso a veces. Pero entonces me acuerdo de que el fútbol es cualquier cosa menos normal.

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¿Saben lo único que me da cierta esperanza? Que me cuesta creer que, la noche de la gran fiesta de despedida de Joaquin en el Benito Villamarin, el propio Joaquin quiera descender al segundo club más importante de su vida. En el que jugó la Champions, ganó la Copa del Rey y tuvo años felices de fútbol. Me cuesta más creer que pase eso que ocurra la carambola de resultados del resto de partidos. A ambos equipos les va bien un empate y a Joaquín seguro que más. Así de mediocre está el patio, me fío más de cuestiones completamente ajenas al balón para cerrar en la salvación. Pero a eso nos ha llevado Lim -no este año- con su gestión deleznable, a la mediocridad y el casi descenso.

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