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Cuarenta grados a la sombra y la temperatura subiendo. Al menos durante el fin de semana más 'calentito' del año por mucho anticiclón de frio que esté anunciado desde hoy. La antesala del chupinazo de San Fermín tiene al respetable con el ánimo suelto y ... desatado. Coincidencias o no, ahí tenemos a todo un ministro queriendo limitar los accesos de los españoles a las páginas porno y a una presentadora de televisión británica demostrando en directo cuan gozoso resulta el placer, incluido el mental mientras Pamplona arde de júbilo y excitación.
Los gemidos orgásmicos simulados por la presentadora Kay Burley, uno de los rostros más conocidos del país y el alcalde laborista de Manchester Andy Burnham, celebrando por anticipado el triunfo de la izquierda en Reino Unido, corren como un reguero por las redes del mundo entero. Un asunto que viene como anillo al dedo para que el gobierno de España dedique el dinero y el tiempo a cosas más útiles y necesarias que limitar el frenesí del personal. Porque sí ocurrencia e inutilidad fue aquello del Radar Covid-19 que sólo valió para que la empresa que lo fabricó le tocara la lotería, lo de la Cartera Digital de ahora va por el mismo camino de inutilidad y despilfarro. Un gatillazo del titular de Transformación Digital si se tiene en cuenta que la oferta porno está copada por páginas que operan desde el extranjero y que debe ser la autoridad europea quien regule un mismo modo de acceder.
Y como de placeres va este fin de semana, ahí tenemos los que experimentan muchos ante el sanedrín de la declaración frente al juez de Begoña Gómez. Un 'coitus interruptos' que no deja indiferente a nadie y que ha sido aplazado in extremis al 19 de julio a pesar del revuelo levantado entre la entrada por el garaje y el gran despliegue policial con que ha llegado. Una comparecencia que hará justo dos días después que su marido presente su plan de «regeneración democrática» con que pretende acallar a los medios que difaman, a él naturalmente.
Toda una invitación como ven a que caigamos en el frenesí del gozo o de los sofocos como los que tendrán algunos mañana domingo, con el resultado que deje la segunda vuelta de las elecciones francesas y que parten de la victoria de la derecha extrema de Marine Le Pen. Un resultado que dará la vuelta al planeta junto a la previsible renuncia de Joe Biden a la carrera presidencial. Así que ante la sobredosis de deseos primarios y deleite que nos acecha, lo más conveniente será entregarse al fervor del pañuelo rojo y aclamarse al patrón pamplonica para protegernos de todo lo que está por venir.
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