Un hombre solo. Y tocado

Ya puede aludir su aparato de comunicación a aquello de los problemas de agenda, pero en otros tiempos nadie habría osado excusarse en otros compromisos frente a la obligación de arropar al líder. Hoy, sin embargo, se permiten dejarlo solo sin más. Y Ximo Puig acude, no por ganas, sino porque no le queda otra. Está públicamente tan desacreditado que la percepción general en las autonomías es la de un Sánchez que resta más que suma. De ahí que los presidentes de Castilla-La Mancha, la Rioja, Asturias, Baleares, Navarra o el líder de los socialistas vascos y el de los catalanes, Salvador Illa, hayan excusado grácilmente su presencia. Ya es casualidad que tantos barones tengan compromisos adquiridos previamente, aunque para compensarle, siempre podrá echar mano del mediador internacional Rodríguez Zapatero.

Una desbandada general que añadida a los recibimientos que lleva encontrándose cada vez que pisa la calle y la exageración que traslucen sus últimas acciones y declaraciones, bien podría concluirse que Sánchez está enseñando el cartón. En Ceuta le mentan a su progenitora, en Segovia le interrumpen el discurso y en Valencia evita ir a la mascletà por miedo a una pitada. Y el descontento social está haciendo mella en un Sánchez demasiado nervioso. ¿A qué obedece sino la inusitada presión y persecución de su ejecutivo contra una empresa pri-va-da como Ferrovial que decide libremente su futuro? ¿Cómo puede decir que Doñana es un cortijo del popular Juanma Moreno, cuando el único cortijo que ha habido en España es el de los socialistas andaluces (PER y ERES mediante) que en cuatro décadas no se han ocupado de este tesoro natural?

Mañana vuelve a pisar 'territorio hostil' en Valencia y su aparato rezará porque ningún espontaneo les amargue la fiesta. Porque son tantos sus incumplimientos hacia nuestra autonomía que el temor es más que fundado ¿Qué hay del nuevo modelo de financiación, del desprecio en los PGE hacia Alicante, del agua que no llega para nuestros campos, del corredor mediterráneo, del derecho civil valenciano, del pancatalanismo subvencionado? No hincará rodilla con ninguna de estas preguntas y viviremos otra masterclass de cinismo político. Ya lo decía Jacinto Benavente: si «lo malo de la conciencia es que está hecha a medida» es imposible que Sánchez cambie.