Secciones
Servicios
Destacamos
¿Se podría haber evitado el asesinato de Belén a manos de los adolescentes que cuidaba? Los educadores de pisos y centros que trabajan como ... ella en atención de menores, responden taxativamente que sí. Denuncian no solo la falta de seguridad que padecen, sino también los fallos de un sistema asistencial colapsado, que falla en lo más crucial: la reinserción. Un claro ejemplo es el caso de su presunto homicida, un joven de 15 años que días antes ya había delinquido y que cuatro días después, volvió a agredir a otro cuidador.
Un asunto que nunca se resuelve y que precisa de debates valientes y equilibrados sobre qué hacer con los menores delincuentes. Porque hay una realidad, que por mucho que se intente minimizar, ofrece datos altamente preocupantes. Más allá de casos mediáticos como los de Marta del Castillo, Sandra Palo, el 'asesino de la catana' o su semejante de Elche con un triple crimen, en nuestro país según datos de la Fiscalía y el INE, se registran más de 100 causas por homicidios y asesinatos al año, tanto consumados como en grado de tentativa y hay más de 13.000 menores condenados por sentencia firme.Sobre el papel hay dos posturas opuestas: Reinserción o castigo. Un dilema entre quienes creen que los jóvenes deben asumir la responsabilidad de sus actos y quienes priorizan su reintegración social. Excesivamente simplista frente a un problema con tantas aristas legales, éticas y psicológicas. Opciones como rebajar la edad penal modificando la legislación y condicionar la imputabilidad a la gravedad del delito, están sobre la mesa. La clave radica en encontrar un sistema que garantice justicia para las víctimas sin renunciar a la posibilidad de rehabilitación para los jóvenes infractores, ¿pero es posible en todos los casos?.Expertos como educadores y jueces responden que según sea la tipología del delito; no es lo mismo robo con fuerza, agresión sexual, homicidio o asesinato, y ahí es precisamente, a mi entender, donde falla la Ley. La legislación actual aplica criterios generales por edad y no por la gravedad del hecho que se juzga y dudo mucho que quien inflige tortura o quita la vida intencionadamente a otro, sea socialmente recuperable, a ninguna edad. ¿Aprendería algo positivo en prisión? Tampoco lo parece.
¿Qué hacer entonces? Tal vez, con los datos actuales y ante los delitos más graves, el legislador debería cambiar su prioridad. No ser tan garantista con el agresor y pensar en el resarcimiento de las víctimas. Me disculparán pero en los últimos años de revolución tecnológica, con el mundo al alcance del ratón, los millennials o los chicos de la Generación Z están de vuelta de todo desde los 14 años, incluso antes. Según los psiquiatras, son plenamente conscientes desde los 12. No se sostiene que, en un mundo tan cambiante y acelerado, los jóvenes sigan operando con una ley de hace 25 años. Ningún gobierno la ha modificado, sencillamente, porque nadie quiere abrir ese melón.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los libros vuelven a la Biblioteca Municipal de Santander
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.