Un presidente ambicioso

Y francamente se agradece su entusiasmo, su espontaneidad, su frescura y sus ganas por romper con la tendencia amansada de los últimos años. Nadie podría negar que soplan nuevos aires en el Palau y que existe una renovada ilusión que debería contagiarnos a todos «sin chauvinismo pero sin menifotismo» y siguiendo «el trellat de nuestro ADN». Ya sea en infraestructuras, sanidad, agua, tejido empresarial o financiación, el repaso pormenorizado que ha hecho Mazón permite establecer que con él no van los ambages ni las medias tintas. Ha venido a dar batalla y nadie duda que así va a ser. Donde sea. Incluyendo a su propio partido.

«Sé que hay posturas que estoy poniendo encima de la mesa que no van a tener el acuerdo del PP a nivel autonómico, pero lo voy a hacer». Un planteamiento rotundo que no deja arista abierta al afirmar «cuando eliges entre la unanimidad de tu partido o el interés de tu tierra, yo no tengo dudas». Y esa firmeza quedó patente en toda su intervención. Tiene ambicion- su compromiso con el trabajo que realiza- confía en sí mismo y en su círculo más cercano y le domina el deseo de llegar más allá y de conseguir importantes mejoras para una autonomía que tiene mucho que recorrer y quiere hacerlo, en un viaje compartido y generoso que traerá convivencia y prosperidad».

Un trayecto que inició hace medio año bajo tres ejes; unidad, estrategia y sentido común al que añadir no pocas aspiraciones. Como dice, «en el terreno de la ambición es donde se resuelven los problemas» y baste la evolución de la humanidad como muestra de ello. Y no cabe duda que de entre todos sus objetivos, el de la mejora en la financiación autonómica es el mayor de ellos. Y un recado para Sánchez entre líneas; él no es Puig ni se deja enredar ni piensa dejar pasar «la factura que se nos debe». Sus alianzas con el socialista Paje o el anuncio de su próximo viaje a Barcelona para atraer inversores dan fe de su carácter firme. De momento contagia ilusion y ganas, que ya es mucho.