1980: falla municipal

El cambio no lleva consigo cesar al artista; al contrario, ratifica al maestro Vicente Luna, que planta una falla de grandes dimensiones en la entonces denominada plaza del País Valenciano, bajo el lema 'El juicio final'. Fue un excelente trabajo artesano en el que el artista Luna coloca numerosas figuras satirizando la confusión que los ciudadanos tenían en ocasiones al confundir un hombre por una mujer en clara alusión a la forma de vestir. El maestro Luna trabajó con libertad plena, al igual que otros artistas posteriores, sin ningún tipo de censura previa en ningún aspecto.

Durante estos años de tutoría municipal, la falla de la plaza ha sido elegida a través de jurados con mayor o menor idoneidad para saber qué deben elegir. Este año, en las bases del proceso de selección, se manifiesta la intención de eliminar aquello que pueda molestar a colectivos en general. Y creo que es un error, puesto que una falla es un compendio de libertad artística en la que no puede faltar la crítica y la sátira como leit motiv de lo que se planta en la calle. El malestar ante este punto de las bases ha llegado al mundo fallero, que lo critica con nombres y apellidos, caso del Gremio de Artista Falleros y la Federación de Fallas con Ingenio y Gracia.