Este año se cumple el 90 aniversario de la puesta en marcha, en el año 1934, de la Exposición del Ninot, inspirada en una idea ... del maestro Regino Mas bajo la denominación de «L'Indult del Foc». Este proyecto fue el ganador de la convocatoría creada por el Ayuntamiento con el fin de crear nuevos actos para la semana fallera.

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Ese año se salvó del fuego la figura «La yaya i la neta», de Vicente Benedito para la falla Plaza del Mercado, la cual obtuvo 23.000 votos del total de los 30.000 emitidos por los visitantes a la exposición, situada en el sótano del Mercado Central. De esta forma, la obra se convirtió oficialmente en el primer Ninot Indultat de la historia de las Fallas. Sin embargo, debemos señalar que con anterioridad a la «oficialidad» del indulto de un ninot, las comisiones ya ejercían esa costumbre salvando del fuego a algún que otro personaje histórico, personalidad de la vida valenciana o vecino de la barriada.

Por otro lado, no podemos olvidarnos que el indulto de un ninot infantil llega en el año 1963 a propuesta de la Junta Central Fallera y ante la petición de las comisiones. El Ninot Indultat ese año fue para la falla antaño denominada San Vicente-Falangista Esteve, con el grupo «Pinocho y Gepeto» de Josep Fabra Andreu.

La Exposición del Ninot, inaugurada la pasada semana, vuelve un año más a ser una de las muestras más esperadas por el mundo fallero al convertirse en la antesala del festejo y, sobre todo, la punta del iceberg de lo que puede ver el público este año en las demarcaciones.

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Cerca de 800 ninots buscan el indulto del fuego, algunos con más ahínco que otros. Y es que de nuevo sale a la palestra los vicios contraidos en aquellos que apuestan por el indulto y llevan esas figuras que saben, con los precedentes de años anteriores, que se llevan los votos. De ello hay defensores y detractores, pero sobre todo hay salsa fallera, que es lo que gusta.

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