El mártir Vicente

Siempre es bueno recordar nuestra historia, en este caso acerca de la restauración de la festividad del diácono Vicente. Fue el 22 de enero de 1912, hace ahora más de un siglo, cuando la fiesta de San Vicente Mártir fue restablecida en la ciudad de Valencia y sus poblaciones limítrofes después de un largo periodo de ausencia. El Papa Pío X, a petición de Valeriano Guisasola, arzobispo de Valencia, tomó el acuerdo de reponer una celebración que, aunque nunca se había perdido en el ámbito religioso, había decaído como fiesta oficial y de precepto.

El festejo, que no ha sufrido grandes cambios en su estructura, se inicia con la celebración de una Misa de Pontifical en la Catedral, seguida de una procesión, con la imagen del mártir, por sus alrededores. Por otro lado, cabe destacar la celebración de la cabalgata de los Bultos de San Esteban, promovida por la Asociación de la Pila Bautismal de San Vicente Ferrer en 1984, en la que se conmemora el bautizo de San Vicente Ferrer.

Los valencianos también incluyen la visita a los llamados lugares vicentinos en la ciudad, entre ellos, la iglesia de Santa Mónica, donde se guarda una columna en la que fue azotado San Vicente; la capilla de San Vicente Mártir, en la Catedral, donde se venera la reliquia del brazo izquierdo del Santo; la capilla-cárcel de San Vicente, donde fue torturado, en la plaza de la Almoina; la cripta arqueológica, en la plaza del Arzobispo; la parroquia de San Vicente Mártir, en la calle de la Ermita y San Vicente de la Roqueta.