La mascletà

Por otro lado, cabe destacar que, históricamente, las manifestaciones de pólvora festiva solo tenian lugar durante la semana fallera. Según los datos consultados, el calendario, como actualmente lo conocemos, arranca en 1986. En este punto queremos reconocer el prestigio de numerosos profesionales que han levantado pasiones con sus actuaciones en la plaza mayor de la ciudad: Luis Brunchú, Juan Rausell, Vicente Caballer, Ricardo Caballer, Ernesto Auxina, Josefina Caballer, Antonio Arnal y Gregorio Juan, entre otros, reflejados, con sus historiales, en la magnífica obra de investigación de José Enrique Ferriols titulada 'Valencia. Marzo y fuego'.

Y junto a los disparos de la pólvora festiva, a los falleros se les solicita un último esfuerzo. Faltan 15 días para la mágica noche de la plantà y admirar lo creado; un trabajo que, cuatro días después, desaparecerá entre las llamas de la cremà. Cada año se repite este episodio y se entrega a una ciudad el fruto de muchos esfuerzos, a pesar de que muchos lo quieran poner difícil. Es como aquellas ofrendas que se quemaban en los altares primitivos, mientras cantaban las doncellas y subía al aire el humo perfumado de los buenos augurios.

La falla representa tanto el fin como el comienzo, ya que es lo que se ha conseguido en una perfecta comunidad de entusiasmos y de sacrificios que pregona la tarea del año siguiente.