La pirotecnia, un arte forjado en el sacrificio

Formamos parte de un sector muy popular que atrae como ningún otro a multitud de espectadores de forma gratuita. Es algo único y Valencia resume a la perfección todo lo que representa. La plaza del Ayuntamiento o los aledaños del jardín del Turia congregan a decenas de miles de personas que sin ningún coste para ellos disfrutan de algo que no tiene comparación posible. Es realmente ser testigos de la búsqueda de una sinfonía de luz y sonido, de secuencias formadas en el cielo que van desde la nota más atronadora del terremoto de una mascletà hasta la elegancia de una palmera que se despliega en la noche formando un círculo asombroso por su belleza. No hay fiestas populares, celebraciones privadas ni fallas donde no estén presentes con su belleza los fuegos artificiales.

También debemos reconocer que se trata de un sector poco conocido en su forma de trabajar. El público nos ve apenas unas horas montando la disposición del espectáculo en las calles y plazas pero hay mucho más detrás. Por eso, para valorar de verdad nuestro trabajo, es importante que los aficionados conozcan que el disparo de un espectáculo pirotécnico no es solo eso. Los maestros de este sector dedican meses de trabajo en su fabricación y diseño, en una mezcla de arte y ciencia que no se improvisa, sino que tiene los conocimientos de numerosas generaciones atrás que han ido dejando su legado. Cada explosión, cada color y cada efecto son el resultado de una cuidadosa combinación de compuestos químicos y de una visión artística para plasmarlos en apenas unos minutos.

La mayoría de empresas pirotécnicas son sociedades familiares donde la producción es mayoritariamente artesanal, transmitida de generación en generación con la única base de la pasión que sentimos por este trabajo auténticamente vocacional. Pero también debe saberse que tenemos unos gastos fijos elevadísimos, lo que nos dificulta mucho poder invertir en tecnología e investigación tanto como nos gustaría. La pirotecnia valenciana está sin duda en el podio mundial y podría tener un resultado aún mejor con la comprensión de todas las administraciones públicas y políticas de que nuestro trabajo va más allá de una mera industria, sino que se trata de lograr la permanencia de un sector artesanal, es decir, que hunde sus raíces en una disciplina auténticamente artística.

Los pirotécnicos valencianos somos más que unos técnicos de fuegos artificiales, somos artistas y custodiamos la tradición. Y eso no está lo suficientemente reconocido, por lo que luchamos para ello desde Piroval. Hemos sobrepasado numerosas crisis y las más recientes todavía hacen temblar sólo con escuchar sus nombres. Ahí está el Covid, donde esta misma semana se cumplió el quinto aniversario del inicio del confinamiento, que nos dejó mudos de miedo porque no sabíamos lo que iba a pasar.

Los pirotécnicos superamos esa incertidumbre y pudimos sobreponernos a una situación en la que los primeros meses parecía que iba a acabar con una parte del sector. Y la tragedia más reciente, la dana, que nos ha tocado la fibra más sensible porque ha sucedido en la provincia de Valencia, arrasando nuestros municipios y afectando a nuestras familias y amigos. Ahora toca reconstruir todo lo dañado y las fiestas populares, donde la pirotecnia juega un papel fundamental, son vitales para la reconstrucción psicológica de la población.

En las Fallas de Valencia somos uno de los pilares importantes de la fiesta y por eso como sector pedimos que se nos cuide más. Sería muy beneficioso para nosotros una reducción del IVA, menos trámites burocráticos, ayudas para formación académica y un reconocimiento de la denominación de origen del producto entre otras cosas. La relación y colaboración de la pirotecnia y las administración es mejorable en varios apartados.

Según las predicciones meteorológicas, la semana Fallera va a continuar siendo inestable, lo que nos afecta no sólo al disparo final sino al preparado de los espectáculos, lo que ha supuesto estos días lluviosos un extra en nuestro trabajo. Esperamos por ello la comprensión del público ya que sobre todo en las mascletaes la lluvia afecta directamente al artificio que diseñamos y la dificultad y el tiempo de montaje se incrementa.