Urgente Lluvia de premios en La Primitiva hoy: más de 193.280 euros entre diez jugadores este sábado

No sé qué tipo de ciudad pretende María José Catalá que sea València. Es pronto para aventurarse cuando todavía ni siquiera ha nombrado a su equipo definitivo, a las personas que estarán al frente de las distintas concejalías. Lo lógico es esperar a que marque ... las directrices para juzgar su proyecto y concederle esos 100 días de tregua que se les suele dar a los políticos cuando llegan a desempeñar nuevas tareas.

Publicidad

La alcaldesa, de momento, se ha referido a la limpieza de las calles, pero está por ver cómo se materializan sus intenciones. También ha tomado otras decisiones -como el traslado de la virgen de una estancia a otra en el consistorio o la supresión de un mercado callejero de verduras - que parecen más dirigidas a una parte de su electorado que a la ciudadanía en general. Nos falta por conocer un plan más amplio, un listado de objetivos concretos, un modelo que quiera conseguir. No ha sido fácil descifrarlo en las entrevistas que se le realizaron tanto en campaña como una vez ganó las elecciones.

Si me preguntasen yo diría que va a ser un modelo continuista, pero supongo que ese es un término que no puede emplear cuando un cargo pasa de un partido a otro, porque sería como reconocer que el anterior responsable no lo hizo mal. Estamos acostumbrados a que las principales formaciones únicamente se dediquen a criticarse las unas a las otras, a llevarse la contraria en cualquier asunto, a que solo vean el lado malo de las acciones de gobierno. Rara vez se hace un trabajo constructivo, se aportan ideas de mejora, se felicita cuando una determinación obtiene frutos adecuados. Reconocer una labor bien ejecutada se entiende en la oposición como una derrota.

Un cambio de siglas en un municipio no tiene por qué conllevar una transformación radical

Un cambio de siglas en un municipio no tiene por qué conllevar una transformación radical. Al menos no obligatoriamente. Los que llegan después pueden dedicarse a perseguir fines similares, pero imprimiendo su propio sello, corrigiendo errores y ampliando las miras. Esa sería una perspectiva continuista. Y no deslegitima, ni mucho menos, al que opta por ella.

Publicidad

Adivino que es lo que piensa hacer Catalá, aunque adivino también que no usará esas palabras prohibidas.

Ha avanzado que no planea eliminar los carriles para bicicletas construidos en los últimos años y que tampoco echará atrás las peatonalizaciones llevadas a cabo en varios espacios. Me parece una muy buena noticia. València es así una ciudad mucho más amable y se puede medir con otras ciudades europeas que hace tiempo emprendieron ese camino. Ojalá que los dirigentes recién llegados al Ayuntamiento sean aún más ambiciosos en este empeño. Que enmienden fallos pasados y solucionen olvidos y carencias, sí, pero que, sobre todo, busquen una ciudad cómoda y fácil de transitar para los que vivimos aquí.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad