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He escuchado a dirigentes de Vox en muchas ocasiones amenazar con que van a acabar con determinadas medidas, con que eliminarán partidas destinadas a distintas áreas, con que echarán atrás acuerdos vigentes. Siempre a la contra. Me cuesta encontrar propuestas que haya puesto sobre la ... mesa este partido para resolver problemas concretos. Propuestas de verdad, efectivas y factibles, y avaladas por estudios o experiencias en otros lugares, que estén pensadas para mejorar nuestro día a día. No las hay. Y mucho menos en materia de cultura.
Nunca he visto a los de Abascal interesarse por el estado de las filmotecas, por la conservación de bienes documentales, por el mantenimiento de las bibliotecas o teatros, por el apoyo a las librerías, por el fomento de la lectura, por los incentivos para atraer rodajes, por el paro en sectores como el de los actores o los bailarines, por la restauración de obras de arte, por la programación de centros culturales. Porque todo eso es la cultura. Y mucho más, claro. Es el motor de una industria que aporta una cantidad considerable al PIB nacional y es una herramienta fundamental para la educación y la formación de cualquier ciudadano. No, no es un espacio menor y va más allá de los tópicos y de las polémicas simplistas con las que habitualmente se asocia en algunos medios y corrillos.
Porque no es lo mismo cultura que batalla cultural, ese concepto que abarca temas sociales desde un punto de vista ideológico y que Vox utiliza como arma arrojadiza para contentar a los que le votan y calentar a los que no.
¿Le interesa a Vox la cultura? No nos consta. Nunca les hemos visto congraciarse por los éxitos cinematográficos, ni comentar los premios recibidos por sus profesionales, ni alabar los reconocimientos internacionales de sus protagonistas. ¿Para qué puede este partido querer la conselleria de Cultura en la Comunitat Valenciana y en otros lugares donde tiene posibilidad de formar gobierno? Se me ocurren respuestas.
Como escaparate. Esto no es nuevo ni siquiera es algo que solo ansíe esta formación. La cultura permite a los políticos asociarse a eventos llamativos y con repercusión (inauguraciones, festivales, alfombras rojas...) y es difícil no querer apuntarse a esto. Hemos visto en la última legislatura en València cómo el área cultural se repartía entre concejalías a cargo de partidos distintos para que todos pudieran rentabilizar el pastel. Vox necesita figurar, que se le vea. Y sospecho que pretenden usar en su propio beneficio los escenarios que la cultura les pueda proporcionar.
También anticipo alguna que otra provocación. Son expertos. Solo hay que recordar la pancarta con una gran papelera que han colocado en un edificio de Madrid y que se ha vuelto viral en las redes. Es lo que perseguían. Y lo han logrado. Con la cultura como excusa sucederán casos similares. Qué pena.
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