Urgente Lluvia de premios en La Primitiva hoy: más de 193.280 euros entre diez jugadores este sábado

He leído un artículo sobre un estudio encargado por la universidad de Harvard en el que explica cómo se debe dejar un mal hábito. Habría que empezar por definir lo que es un mal hábito para valorar si uno quiere o no desprenderse de él. ... Porque en el listado de la célebre facultad aparece, por ejemplo, comer entre horas, que quizá no sea lo más saludable del mundo, pero tampoco creo que deba quitarnos el sueño a no ser que la cantidad que se consuma sea descomunal. Un aperitivo antes de mediodía o de la noche puede alegrar un día. Eso conviene valorarlo.

Publicidad

Nunca me sorprendo lo suficiente con las temáticas de los estudios que proponen algunas instituciones para investigar. A esta noticia le he prestado atención, suponiendo que revelarían un método infalible para deshacerse de comportamientos tóxicos y de costumbres poco recomendables. Pero no, no he encontrado nada de eso, solo una ristra de consejos tibios que bien podría haber dado yo, que de científico no tengo nada. Ni ganas.

Entre los malos hábitos que cita el texto hay algunos cuestionables, como aplazar algunas tareas que sabemos que terminaremos haciendo, es decir, procrastinar, algo que yo recomiendo fervientemente, porque sienta de maravilla.

Es urgente consensuar qué es un mal hábito y qué no, porque no todos estamos de acuerdo

Otros son bastante previsibles, como morderse las uñas o fumar. Son acciones cuestionables, sí; que no benefician a nadie, es verdad; y que no son para estar orgullosos de ellos, cierto. Pero habría que evaluar cuan perniciosos resultan.

Publicidad

Quizá lo aconsejable -le apuntaría yo al responsable de Harvard- sería descifrar por qué algunas personas recurren a esas prácticas, qué es lo que les produce semejantes nervios para destrozarse las manos y no dejarse ni un padrastro en su sitio, o porque empalman un cigarro tras otro como si estuviesen en una competición. En el origen de todo esto, seguramente, esté un trabajo que cause angustia o estrés, una situación familiar difícil de controlar por falta de ayuda externa, o una relación de pareja que no funciona como debería y de la que cuesta salir. Y esos sí que -coincidiremos todos- son malos hábitos que uno tendría que empeñarse en eliminar cuanto antes.

Posiblemente los consejos que da Harvard no le sirvan demasiado a este respecto. Aporta la universidad un dato, que científicamente el impulso de ceder a los malos hábitos apenas dura un par de minutos por lo que recomienda ser fuerte y aguantar la tentación para no caer en ella. Bueno, eso con lo de las uñas tal vez funcione, pero si se trata de rutinas más dañinas, como un contrato abusivo o una convivencia difícil parece más complicado de resolver.

Publicidad

E igual ahí deberíamos centrar nuestros esfuerzos. Y encargar dos o tres estudios que sirvan de verdad. Pero, desde luego, lo que es urgente es consensuar lo que es un mal hábito de verdad.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad