Secciones
Servicios
Destacamos
Si alguien tenía alguna duda de la independencia entre la cultura y la política el Gobierno Valenciano ha venido a demostrarle que estaba en lo cierto. Reafirma lo que muchos, con razón, denuncian, que no son entes aislados. Cualquiera podría pensar que un teatro, un ... auditorio y un museo deben servir únicamente a la ciudadanía y seguir criterios más allá de lo ideológico. Las exposiciones, los conciertos o las obras han de trascender las guerras entre partidos, pero al menos en España (no pasa solo en la Comunitat Valenciana) estamos muy lejos de conseguirlo.
La conselleria de Cultura, en manos de Vox, va desarmando poco a poco el organigrama formado en los últimos años para proponer nuevos modelos y brazos ejecutores. Una vez tomada la decisión de que no iban a respetar ninguno de los concursos celebrados para elegir directores había dos maneras de actuar: explicando claramente que se renovarían todos los cargos porque sí o ir pasando la guadaña por cada uno de los centros con distintas excusas para hacer caer a sus responsables. Se ha optado por lo segundo.
En el caso de Pérez Pont en el Centro del Carmen se le acusó de «irregularidades y malas praxis» para finalmente despedirlo. Lo que pretendían demostrar es que la medida no estaba motivada por la programación propuesta sino por su forma de gestionar. Se escudaron tras varios informes de intervención y auditoría desfavorables.
Ahora con el IVAM la hoja de ruta iba a ser similar. Primero denunciar supuestas negligencias de su directora y después propiciar su salida como una consecuencia lógica. De este modo hace un par de días surgieron varias informaciones que cuestionaba a los miembros de la comisión que eligió a Nuria Enguita para dirigir la pinacoteca. La Conselleria remitió a la Fiscalía un escrito sobre la donación de dos parcelas en la Vall de la Gallinera propiedad de Enguita a la Todolí Citrus Fundació, presidida por Vicente Todolí.
Lo previsible era que en los próximos días se amparasen en estos acontecimientos para anunciar la destitución. Pero no ha hecho falta, Enguita se ha adelantado y viendo las intenciones se ha marchado antes. El lunes trató de dar las explicaciones pertinentes, pero estas no fueron consideradas suficientes para los nuevos responsables culturales.
Con los directores del Instituto Valenciano de Cultura, de las áreas de música, teatro y cine, tuvieron menos miramientos. De la noche a la mañana fueron despedidos, pese a que contaban con contratos en vigor. Con Abel Guarinos, director general de esta institución (puesto al que también accedió por concurso), se aguantó un poco más, pero la semana pasada también le abrieron la puerta. La pregunta es cómo resolverán las siguientes salidas -en Les Arts o en el Bellas Artes-, ¿a cara descubierta o a golpe de informe de desaprobación? No tardaremos en comprobarlo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.