Todas las versiones del presidente

Es algo que en los últimos meses le ha sucedido a Mazón en varias ocasiones, respecto a una fecha, el aciago 29 de octubre. Todo está más o menos claro hasta las 15 horas. La distorsión comienza a partir del mediodía. En ese día las interpretaciones sobre lo que ocurrió a partir de la hora de comer han ido cambiado. Al presidente se le acumulan las versiones y estas varían en función de las circunstancias. ¿De qué circunstancias? De las suyas propias, al parecer. Solo así se entiende que haya sido tan claro ahora respecto a datos concretos de aquella jornada y no lo fuese justo después de la riada. O al menos en la comparecencia parlamentaria en la que dio explicaciones sobre su gestión, que era el momento oportuno para ser preciso y así permitir que el resto de fuerzas políticas pudiesen ejercer su derecho a preguntar.Dice Mazón que no ha cambiado de versión. Que las 20.28 horas es más tarde que las 19 y que las 19.30 horas, las horas que hasta hace unos días manejábamos para situar su llegada al Cecopi. Digamos entonces que la versión ha evolucionado. ¿Por qué no había sido tan exacto hasta ahora? Es una de las preguntas que siguen en el aire. Como otras tantas.Esta versión ampliada se contradice -o al menos no termina de casar- con un tuit del 8 de noviembre que circulaba en las últimas horas por las redes sociales en el que el presidente le contestaba a la entonces ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a propósito de un mensaje que esta le envió. Mazón se excusó asegurando que lo recibió «a las 20:20 horas y sin cobertura en el CECOPI». Supongo que en este caso dirá que entre 20.20 y 20.28 no hay demasiada diferencia. Y es cierto. Pero en esta tesitura los detalles son muy relevantes.Todos los detalles, los más nimios y los más flagrantes. Como que hayamos necesitado cuatro meses y una orden judicial de por medio para localizar al presidente en esa tarde. Aunque suponiendo que esa es ya la hora definitiva en que Mazón se incorporó al gabinete de crisis, todavía queda por aclarar qué hizo hasta entonces, cómo de largas fueron la comida, la sobremesa y el trayecto hasta l'Eliana.Y no nos engañemos, si no queda claro es por la variedad de versiones de todo que han circulado (cabe recordar que tardamos una semana en saber con quién y dónde había comido el 29-0) y por la opacidad a la hora de narrar los hechos y presentar pruebas (listado de llamadas, facturas...). A estas alturas deberíamos estar hablando de asuntos más urgentes.