Mañana juega el Valencia en Getafe pero estamos aún hoy en semana copera. El equipo del Pipo perpetró el martes un engendro de partido en ... Villagarcía de Arosa que, en otra época televisiva, habría obtenido categoría de dos rombos para avisar a los menores de edad de la prohibición expresa de su visionado. Baraja había pedido un paso adelante en Copa a todos esos jugadores que no están dando el rendimiento esperado bien entrado el mes de diciembre y, visto lo visto, la realidad es que casi todos dieron dos pasos para atrás. Los Cenk, Amallah, Guillamón, Canós o Yaremchuk copaban todas las miradas y, de todos ellos, solo se salva el ucraniano. Y no solo porque marcó -que obviamente también- sino porque en los pocos balones que pudo jugar vimos cosas con sentido como ya hizo también frente al Celta. No será el nuevo David Villa pero al menos aprovechó su oportunidad. ¿Y el resto? ¿Qué me dicen del resto? Me cuesta criticar a Canós porque no hizo pretemporada y porque su nivel futbolístico -visto en la Premier- es mucho mayor del exhibido hasta el momento en Valencia. Pero estuvo otra vez mal. Y luego hay tres grandes retratados en la noche de Arosa. El más grave, por ser además el más caro, es Cenk. No solo confirmó por qué no juega en Liga, sino que nos hizo preguntarnos otra vez cómo se pudieron pagar cinco millones por él cuando no hay 600.000 euros ahora para un jugador de Segunda División. Nadie en A Lomba dio tan mala imagen como el turco. Sobre su fichaje le preguntaremos al director deportivo del Valencia Peter Lim cuando sea posible.
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El tercero es Amallah; semifinalista de un Mundial -casi nada- y del que se atisba una calidad individual por encima de la media. Pero la realidad es que, hasta hoy, se ha quedado en el 'parece que' sin llegar a lo que 'debe ser'. Sabemos que lo suyo no es la banda y eso no es culpa suya. Juega muchas veces ahí porque Baraja no tiene más remedio en ausencia de jugadores específicos de nivel. No tengo claro si es que no lo suyo no es defender o es que no se acopla a las exigencias de Baraja -correr, trabajar, defender y atacar- pero lo cierto es que no arranca y llegamos a Navidad. Y, hablando de Navidad, hace un año que se fue y nunca volvió. Les hablo del caso más inexplicable de todos: Hugo Guillamón. ¿Qué le pasa? Hace un año por estas fechas estaba en Catar con la selección española como parte de la convocatoria para el Mundial. Es mundialista, señores. España regresó tras ser eliminada pero Hugo se quedó allí.
El jugador que se ganó el derecho a ser convocado para el mayor torneo del mundo no ha vuelto a aparecer en ningún momento. Ya con Baraja el año pasado, y después este, nunca tuvo protagonismo expreso. Y, lo que es mucho peor, cuando ha tenido oportunidades de jugar ha demostrado por qué no juega. Es terrible el rendimiento mediocre de un jugador mucho mejor de lo que vemos cuando sale. Es un asunto incomprensible y muy preocupante: patrimonio del club, renovado con ficha de internacional y, si mañana caen Pepelu o Javi Guerra, debería ser él quien sacara las castañas del fuego. Pero, actualmente, solo le vemos capacitado para crear incendios.
Y ahora la calculadora: si en una plantilla corta -recordado por Baraja cada diez minutos- cuatro jugadores mas Yaremchuk no están dando el nivel requerido para la sumar, ayudar o mejorar a los 11 titulares que acaban jugando siempre ¿qué plantilla le queda al Pipo? Si es que esto es un milagro. Salvo para el lacayo desahogado.
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