Borrar
Urgente La Bonoloto de este sábado deja dos premios de 74.501,38 euros
Marcador dardo

Insistencias en la luz

Tenemos miedo a que la oscuridad sea la que nos retrate la soledad

Jueves, 19 de diciembre 2024, 23:43

Uno, con las insistencias, acaba plagiándose a si mismo. La columna resulta ser, por la insistencia, la misma obsesión sobre la ciudad, sobre la hipocresía, ... sobre las renuncias, la nostalgia de las personas que nos abandonaron en un año aciago. Por eso, la columna de opinión no debe confundirse con un desahogo, o con un intento malévolo de influir en la opinión. La columna, algunas veces, es la misma advertencia de siempre, que el lector generoso tiene que perdonar. Quizá, lo que más me enoja de la Navidad, es ese debate sobre la luz, sobre la iluminación, la competición entre ciudades sobre las dimensiones de los árboles, o sobre el número de bombillas empleadas en la decoración de las calles, como si no hubiera un mañana, o que la felicidad dependiera del consumo energético. Tenemos miedo a que la oscuridad sea la que nos retrate la soledad, cuando lo cierto es que la soledad que causa miedo es la que se vive repleta de luces y multitudes. En el fondo uno no deja de pensar en la iluminación auténtica que pueda echarse de menos en cualquier pueblo de los que sufrieron la riada. Hace años escribí sobre la cabalgata de los Reyes en el año 1957, y también hace tiempo escribí sobre el asunto, con la tenacidad e insistencia en lo mismo, que había luces que no iluminaban nada. Una parte busca retomar la normalidad del consumo, mientras otros reprochan la normalidad como si aspirar a la normalidad fuera una falta de respeto. Este miércoles en la catedral, asistiendo a la representación del cant de la Sibil·la, con el grupo Capella de Ministrers, y los instrumentos réplica de los de los ángeles de los frescos del Alta Mayor, y el órgano apoderándose del espacio, todos los que participaron hicieron posible un sentimiento único. Que en la oscuridad se sintiera la luz. Eso sí que fue una stella splendens, recordando el texto implacable: «Al jorn del judici se pagarà el nostre servici». Es muy cierto, que con muy poca luz, con un cirio se puede iluminar mucho. Todo lo que no acierta a enfocar lo que no es auténtico. Todo lo que no conseguirá el más extravagante presupuesto municipal. Recuerdo el final de ese cuento de Navidad de nuestro Gabriel Miró recreando cuando los Reyes Magos asisten al nacimiento: «Nunca habían sentido esta emoción de humanidad. Buscaron la gloria prometida al mundo, y se encontraban a sí mismos en su alma trémula de ternuras. Por una pared rota bajaba resplandeciente la luz del lucero».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Insistencias en la luz