Secciones
Servicios
Destacamos
Gracias por detenerse aquí. Por leer este Andando y Viendo algo domesticado para los tiempos que corren. Gracias por dedicar parte de su tiempo, por ... pequeño que sea, a poner su mirada en la esquina izquierda de esta página par de su periódico de siempre, LAS PROVINCIAS. Gracias, da igual el tiempo que le dedique, si se borra ahora de seguir leyéndolo porque no le engancha o lo hace hasta el final. Haga lo que haga, sepa usted que, en cualquier caso, será parte protagonista de mi primer diario de gratitud.
¿Y qué es esto? Es la medicina de moda para el pesimismo. Una técnica de fácil aplicación. Lo leí en el reportaje de Julia Fernández que este periódico publicó en la sección Vivir -la que encontrará unas cuantas páginas más adelante- de hace unos pocos días. Suelo detenerme a leerlos porque sus contenidos son frescos, diferentes y un bálsamo de desconexión dentro la tortura informativa que supone estar al tanto de la actualidad. Con todo lo que está pasando.
Este reportaje en concreto sintonizó con mi deplorable estado de ánimo porque, coincidirán conmigo, vivir Valencia ahora es vivir con mucha pena dentro. Una pena que no se va y que tampoco quieres que se vaya del todo porque no sientes merecerlo cuando tantos sufren.
Y en este contexto de catástrofe inédita que vivimos los valencianos, las tres palabras mágicas: gracias, reflexionar y escribir, me hicieron pensar. Qué poco cuesta dar las gracias y poner el foco en las cosas buenas que pasan (por pocas que sean). Un balance birrioso pero positivo que merece la pena hacer a nivel individual tras la suma catastrófica emocional que está suponiendo vivir, primero una pandemia, y ahora, la gran riada del 24. Con sus desgarradoras consecuencias.
Creo que reservar un espacio para la gratitud es una respuesta efectiva frente al pesimismo. Da igual que esté de moda (si sirve) o sea tendencia en la psicología actual que la recomienda -entre otras muchas- para dar un enfoque más positivo al tratamiento y resolución de esos 'nudos emocionales' que nos acompañan, que tenemos como muy para dentro y que tienden a perturbarnos con intensidad variable.
Todos tenemos, además de lo vivido, unos cuantos de esos ases de guía bloqueándonos por dentro por mucho que nos esforcemos en esquivarlos. Unos se hacen más visibles que otros, molestan a ratos o permanecen -latentes y agazapados como culebrillas- para hacerse presentes cuando menos los esperas. Hasta ahora, con más o menos fe, muchos acabamos recurriendo a técnicas básicas que nos permitan convivir con los nudos emocionales a base de aburridas respiraciones, inalcanzables meditaciones, estiramientos imposibles o pautas de disciplina mental -muy rollo oriental- basadas en enfocarnos a vivir «en el aqui y el ahora».
Como les decía incorporo a partir de hoy un nuevo propósito. Soy positiva por naturaleza, pero creo sinceramente, que es una cuestión de actitud poner el foco en el lado bueno de las cosas y, cuando es posible, agradécelas, aunque sea amparadas en la intimidad de un diario. En mi caso, una suerte poder agradecérselo en público. ¿No les parece?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.