Secciones
Servicios
Destacamos
La primera vez que entré en Maipi fue mientras estudiaba Periodismo. Una chicuela como dicen los de Castellón. Me llevó Chente Oliver, un amigo que ... por entonces ya publicaba crónicas sobre el Valencia CF y que trabajaba a las órdenes del Nano, un maestro de periodistas que unos años después tuve la suerte de conocer que frecuentaba el local. Como Vicente Fayos o Pep Torrent. Supe nada más entrar en Maipi que no era un sitio cualquiera. No sé por qué, pero recuerdo que me sentí como en casa desde el principio. Como reconfortada entre todas aquellas fotos y recuerdos que se desplegaban -y que todavía lo hacen- por toda la pared.
No olvidaré esa primera ensaladilla rusa que escogí entre todas las suculentas tapas del mejor mostrador gastronómico de la ciudad. En mi recuerdo lo conservo todo de mayor tamaño a como lo veo en la actualidad será por esas extrañas distorsiones del recuerdo que tienden a transformar hasta el tamaño real de las cosas. Como reencontrarse con el pasillo de juegos de la infancia a los 40. Pues igual.
Todo es especial en el bar Maipi. Sus taburetes, esa barra, las mesas y, lo que es más importante el espacio entre ellas, las fotos en blanco y negro (también las de color), los recortes de prensa, los enormes ventiladores vigilantes, la cómoda que hay al final del pasillo, el cartel de una antigua exposición del IVAM enmarcado en el baño y hasta los percheros hacen posible, en su conjunto, un ambiente único que es hogar y escondite, refugio y salida. Un lugar que tiene el fantástico don de que siempre al salir te vas con mejores sensaciones que con las que entraste.
Y hasta aquí todo son sensaciones, cosas, ornamentos, complementos que visten de especial a este pequeño y familiar espacio. Pero nada de todo lo anterior es importante porque detrás de Maipi hay dos personas increíbles: Gabi y Pilar. Dos maestros de la cocina, cada uno en su espacio. El tándem que explica su éxito profesional pero también sobre el que se ha cimentado toda una familia que son, somos, quienes accedemos a comer en sus mesas. Gabi y Pilar son el alma, el corazón y la vida detrás Maipi. La sonrisa de Pilar es la antesala de la mejor maestra cocinera que maneja la plancha más fructífera de la ciudad. Allí se cocina el mejor producto de la tierra y del mar escogido con enorme acierto -esto sí- por la sabia y certera experiencia de Gabi.
Desde aquella primera vez, he vuelto por Maipi decenas de veces y siempre te hacen sentir en casa. Es su particular don. Leo en LAS PROVINCIAS que en septiembre iniciará una nueva etapa de la mano del restaurante Fierro tras una ordenada transición en la que Pilar y Gabi se han implicado plenamente como si de una nueva carta se tratara. Su último servicio. Mucha suerte para los que toman el testigo y, en especial, un enorme gracias para Pilar y Gabi que deciden irse y además dejando tras de sí el mejor aroma como recuerdo. ¿No les parece?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.