Secciones
Servicios
Destacamos
Puedo estar equivocada pero la razón de ser más relevante de un gobierno -cualquiera que sea- es la de contribuir con sus decisiones a mejorar ... la vida de las personas. A resolver problemas y no crear otros nuevos (aún menos donde antes no los había). A generar certidumbres y seguridad, en especial, para los más vulnerables. También gestionar nuestros impuestos de la manera más transparente y eficaz para devolver nuestro esfuerzo en forma de servicios públicos de calidad. En llegar con sus decisiones a cubrir esos vacíos donde nadie más puede llegar. Como los médicos curan, los maestros enseñan o los ingenieros construyen puentes.
Llevado a la práctica, la razón de existir de Pedro Sánchez debería ser quitarnos problemas, sin embargo a los hechos me remito, no es el caso en absoluto. Las grandes batallas en clave nacional - y que todo lo embarran- parecen puro artificio. Creadas ad hoc por la factoría de marrones en que se ha convertido el Palacio de la Moncloa. Para atraparnos. Como esa cesta llena de ropa sucia que nunca consigues vaciar por muchas lavadoras que pongas.
Por eso sorprende (y alegra) las decisiones que viene adoptando el Gobierno de Carlos Mazón. No sólo porque son respuesta a lo prometido en campaña electoral, sino porque demuestran que un gobierno puede tomar decisiones a favor de la gente. Mazón primero redujo la presión fiscal. Acabar con los impuestos de sucesiones y donaciones devolvió a la normalidad una anomalía fiscal que ha perjudicado a muchas familias. Después un paquete de medidas para flexibilizar la obligación del valenciano como lengua mayoritaria en la educación de nuestros hijos; traducir el estudio de idiomas con la recompensa de un título homologado al término del bachiller o la eliminación del requisito lingüístico en la sanidad o de nuevas plazas MIR para los médicos.
Pues ahora toca la vivienda. Sus precios imposibles -para compra o alquiler- hacen de esta cuestión un problema nuclear y transversal pero que afecta con especial virulencia a los más jóvenes. El presidente Mazón y la vicepresidenta Camarero presentaron una propuesta para poner en el mercado al menos 10.000 nuevas viviendas antes de finales de 2027. ¿Cómo? Concitando el acuerdo de todos los agentes públicos y privados implicados en el proceso y sin generar nuevos desarrollos urbanos sino aprovechando el suelo existente que hoy está inactivo. También una reforma legislativa para agilizar los trámites y licencias que se hacen eternos. Una puesta en escena en la que no faltó nadie -porque hasta los partidos políticos tuvieron representación a través de sus alcaldes-, con promotores, constructores, arquitectos o entidades financieras. Un buen arranque -que deberá ir materializándose- para agitar el sector de la vivienda y movilizar la economía.
Da la impresión de que al presidente Mazón no le faltan ganas, ideas y proyectos para mejorar la vida de los valencianos. Es paradójico pero lo que debería ser normal -en esta extraña etapa que nos toca vivir- resulta extraordinario. No todos los políticos son iguales, y deberíamos volver a decirlo, ¿no les parece?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.