Tener padre
NURIA ROMERAL CAS
Martes, 18 de marzo 2025, 23:20
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NURIA ROMERAL CAS
Martes, 18 de marzo 2025, 23:20
Hoy, además de ser el último día de Fallas y de que, por fin, ha llegado el momento de quemar los monumentos, también tenemos por ... costumbre celebrar el día del padre. Bien sea mérito de Ramón Areces y aquel primer Corte Inglés de la calle Preciados de Madrid o le reconozcamos la gesta a San José (que, convendrán conmigo, tiene el podium ganado a pulso), hoy 19 de marzo -entre tantos churros, pólvora y más fervor- hacemos hueco para dedicarles el día a esa figura que todos tenemos cerca. O la tuvimos.
Y es que cuando uno tiene a su padre piensa que siempre va estar ahí. Que es eterno. Será porque los vemos como si fueran héroes desde bien niños. O porque son sinónimo de seguridad, confianza y amor incondicional. O al menos así era el mío. Mientras esto escribo pienso en él, y en los padres de tantas personas que quiero que ya no están. Hace unos días dijimos adiós a Pepe Valero. El padre de mi buena amiga Ana. Un gran señor. Pepe inventó la marca blanca de los restaurantes y fue el primero en idear eso de hacerse a sí mismo la competencia en la restauración. Alguna calle de la ciudad así lo atestigua. Se fue como vivió: con humildad y discreción dejando tras de sí un gran ejemplo.
Vivir como si los padres fueran eternos es una actitud tan inevitablemente humana como equivocada porque, por mucho que creas que no, ese temido día llega y arrasa con todo, o al menos, con la vida tal como la has conocido hasta el momento. Empieza otra vida diferente porque nada vuelve a ser igual cuando tu padre ya no está.
Nadie nos prepara para gestionar tan dolorosa ausencia frente a la que solo cabe una humillante rendición. O soportar doblegado (porque en verdad lo que quieres es dejarte llevar por tus peores instintos) eso que tan comúnmente se dice y que tan mal suena cuando lo escuchas en tu caso de que «es una cuestión de ley de vida» o que «es lo natural». No hay edad y nunca es buen momento para despedirse de un padre.
Si has leído hasta aqui con total tranquilidad eres un afortunado. Significa que tienes a tu padre contigo y si es así disfrútalo al máximo. La vida está hecha de pequeños momentos, y cada instante a su lado es un regalo que hay que aprovechar. Pocas cosas hay mejores que compartir tiempo de calidad con tus seres queridos. Una buena conversación, una comida en familia, una llamada, un abrazo o simplemente recordarle todo lo que le quieres. Los padres son una fuente inagotable de amor, sabiduría y apoyo. Dedica tiempo a preguntarle y escuchar sus historias, aprende con su experiencia y no olvides sus anécdotas porque serán tuyas el día de mañana. Cada conversación es una oportunidad para crear los recuerdos que te acompañarán siempre. No hay mayor fortuna que vivir teniendo a tu padre, y por supuesto a tu madre, cerca. ¿No les parece?
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