El estado de la educación
Si siguen en la prensa las noticias relacionadas con la educación, podrán comprobar que la FP es la protagonista de la actualidad de las últimas semanas. Una pequeña selección de estos días: la semana pasada se celebró el campeonato autonómico FPSkills en Valencia, el Ministerio ... organizó el Congreso Internacional de FP con la participación del vicepresidente de la Comisión Europea, la Conselleria ha anunciado que la oferta se amplía con seis nuevos títulos formativos, se amplía el cupo de plazas de FP Superior para los graduados en Medio, Cheste acogerá el centro de formación de la gigafactoría de Sagunto, la ministra Pilar Alegría anuncia la herramienta FP Avanza tipo Linkedin para estos titulados. Durante este mes se celebran las ferias comarcales de FP por toda la Comunitat. Por el contrario, sobre Bachillerato apenas encontraremos alguna referencia a la EBAU, de si las faltas de ortografía ahora restarán o no puntuación en las pruebas de acceso. Olvídense, de verdad, del mito de que la Formación Profesional arrastra mala imagen, de etapa para alumnos que no son buenos estudiantes. Según el informe del Instituto IDEA de la Fundación SM, el Bachillerato es la etapa menos valorada por el alumnado. Explicaba LAS PROVINCIAS la semana pasada que ya hay casi 150 ciclos formativos que exigen una nota superior a ocho para entrar. También, contaba la ampliación del cupo en acceso para Grado Superior desde el Grado Medio, con el objetivo de igualarlo con el de Bachillerato. Se equivocan, como ven, los que piensan que la FP está de moda, porque eso exigiría creer que puede llegar a ser algo pasajero. En los últimos quince años, tanto la FP de Grado Medio como la Superior han duplicado su matrícula en la Comunitat Valenciana. El Bachillerato apenas mantiene sus cifras. Ni que decir tiene que la Logse y la natalidad ya había dejado esta etapa en un 40% de lo que fue antaño.
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Y hago bien en recuperar la Logse, porque la FP de Grado Medio ha sido una etapa relevante para arreglar los principales estragos de esta ley. Su rol para combatir el abandono educativo, tanto para los que volvían a estudiar como para los que arrastraban lo académico ha sido esencial para la mejora de los indicadores educativos. Este rol ya ha virado para semejarse a una etapa postobligatoria cualquiera, y para muchos ya es una alternativa atractiva frente al Bachillerato. Cuestión que se enfatiza con esta ampliación de plazas de acceso desde esta vía a la FP Superior. Hoy en día, según las últimas estadísticas, más de la mitad de los graduados en FP Medio siguen sus estudios en Superior. La FP de Grado Medio ha sido una tapada en la última década, pero su evolución es de las más positivas y entra en competición directa con el Bachillerato. En cambio, ésta ha quedado en una carrera de año y medio por la nota, con unos currículos extensos que deben aprenderse a toda velocidad y con una lógica máxima de ser un paso intermedio hacia la universidad. Cada vez el simil más acertado es si vale la pena tragarse el atasco de atravesar la ciudad para ir de Cullera a Sagunto o coger el bypass, con más kilómetros pero una conducción rápida y cómoda.
Queda el debate, que exigiría sea exhaustivo y prudente, si el itinerario que va desde la ESO a la universidad pasando por los distintos grados de FP y no por el Bachillerato es académicamente sostenible, si de un grado a otro se adquieren las competencias suficientes para afrontar la exigencia académica según se sube de nivel. Por oposición, la novedad del Bachillerato es el General. No hay mayor contraste con la FP.
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