Urgente La Lotería Nacional del sábado deja el primer premio en un popular municipio valenciano y otras cinco localidades

La nueva era de los aranceles afectará a nuestro tejido productivo. La carrera por la Inteligencia Artificial multiplica la necesidad de los estudios de ciencias ... y tecnología. La inyección presupuestaria que viene en defensa augura nuevos perfiles profesionales. El neoexpansionismo norteamericano arrincona los valores europeos en el ajedrez de las grandes potencias. Hoy no vengo con respuestas, al contrario, me acechan las preguntas sobre el impacto en la educación de esta sacudida internacional con la que inicia Trump su mandato y en el que nos reducen, a los europeos o a la escuela, al papel de espectadores.

Publicidad

La distancia aparenta sideral entre lo que acontece, arriba mencionado, y los debates escolares que nos ocupan. Sin embargo, si la escuela prepara para el futuro y para esos tiempos por venir acaban de darnos volantazo, es sensato, al menos, plantearse unas dudas iniciales.

En el terreno educativo, Europa mantiene cierto liderazgo en recursos escolares, mejor en su Norte que en el Sur, pero lo ha perdido en lo académico al verse superada por los países asiáticos, especialmente en Ciencias, y la fecunda atracción investigadora, tecnológica y emprendedora de las universidades de Estados Unidos. Nuestra universidad tiene una vis internacional muy marcada, pero destacada en atraer alumnado iberoamericano y Erasmus europeos, lo que redunda más en el negocio y en la experiencia universitaria que en la investigación y la vanguardia. En estos campos - y la escala autoreferencial de la carrera docente-, apostar por el retorno del talento patrio es cuestión de Estado.

Hay una intromisión interesada en las democracias europeas que busca alterar sus valores

Además, asistimos como espectadores a las carreras científicas y tecnológicas del momento. Solo hay que ver la procedencia las redes sociales que tanto tiempo ocupan a los jóvenes, o las plataformas de streaming que nos entretienen y asientan la hegemonía cultural. No solo España, sino toda la Unión Europea, está fuera de esa liga, con la excepción de Filmin ¿Y esto que le importa al sistema educativo? En este contexto, debe potenciar que fomente el talento científico y tecnológico así como el espíritu emprendedor de tal forma que surjan en el futuro propuestas innovadoras capaces de atraer la inversión para que se abran hueco a codazos entre las empresas norteamericanas y, ya despuntan, chinas. Hay más futuro en inventar el próximo «scroll» que en estar dándole al dedito, entiéndanme la analogía.

Publicidad

Sin embargo, existe un terreno todavía más amenazado, tanto, que es lo que puso en tela de juicio el vicepresidente Vance el Munich el otro día. Es el de los valores europeos, no solo en cuanto a qué queremos ser, sino sobre todo en qué queremos mantener de lo que somos. Hay una intromisión interesada en las democracias europeas que busca alterar sus valores desde la manipulación y la fuerza y no desde el debate y el consenso. No hay que defender los valores europeos por inamovibles, sino por electos. Por eso, en este mundo que asome, considero prioritario reforzar, sobre todo en la escuela, esos valores europeos y su debate. Ya he dicho que la escuela forma al futuro, y sería un pecado generacional si nuestra pasividad dejara que otros digan a nuestros jóvenes que tienen que pensar y no que lo elijan. La fórmula que figura en nuestra Constitución y que compartimos los países de la UE de «un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político» todavía ninguna potencia militarizada la ha superado. Vale la pena defenderla, también, desde la escuela.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€

Publicidad