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Navarra reservará plazas para mujeres en los ciclos de ciencia y tecnología de FP «en los que tiene poca presencia». El anuncio, de la semana pasada, adelanta uno de los debates interesantes que se proponen alrededor del 8 de marzo, Día de la Mujer. A ... nadie se le escapa, solo hay que darse una vuelta por este tipo de ciclos o por las facultades de la UPV, que la presencia de las chicas en las titulaciones STEM es menor, mientras que en estudios relacionados con los cuidados, como Sanidad, o con la docencia, pasa lo contrario.

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Las diferencias por sexo son estructurales en la escuela. Las mujeres obtienen mayores tasas de titulación aunque los rendimientos en PISA sean parejos. No obstante, las féminas no destacan en matemáticas. Al contrario, desde temprana edad se detecta un retraimiento por parte de las chicas hacia los números. No hay causas significativas, que no sean culturales o inercias históricas, que justifiquen estas diferencias. Por resumir mucho, los valores asociados a lo femenino maridan mejor con lo académico, el estudio y los cuidados, mientras se alejan de las ciencias, las matemáticas y la tecnología. A esto se añade la falta de referentes de mujeres científicas, si bien es algo que también sucede en otros campos.

Esto se considera algo negativo para las mujeres porque vivimos la era de las profesiones STEM y todo apunta a que el futuro pasa por ahí. Que las mujeres queden fuera de los empleos de mayor calidad no se debe a una libre elección, se argumenta, sino a la herencia social que sitúa a las chicas en otras tareas profesionales y no en éstas. Por tanto, es un objetivo político deseable establecer mecanismos de corrección que repare esta desigualdad.

En la Comunitat se opta por las ayudas para incentivar las matrículas

Este objetivo lo comparten todas las autonomías, con mayor o menor insistencia. La propuesta navarra pretende, a través de la discriminación positiva y las cuotas, corregir este desfase. En la Comunitat Valenciana, en cambio, el modelo es otro. Se opta por dar una ayuda de unos 450 euros a las alumnas que se matriculen en ciclos de FP en los que las mujeres tengan poca presencia. Este curso la Conselleria ha invertido cerca de cien mil euros en las 221 estudiantes becadas. Dos soluciones bien distintas para conseguir un mismo objetivo.

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La solución valenciana recompensa más que anima, pues no parece determinante la ayuda para decantarse por un ciclo u otro. No obstante, fomenta la igualdad sin convertirla en una confrontación como puede ser el modelo navarro de las cuotas. Al fin y al cabo, reservar plazas por ser mujer significa que algún aspirante puede quedar fuera por ser hombre. Un asunto siempre polémico.

Las cuotas no son ajenas en el sistema educativo. De hecho, ya existen, con sus peculiaridades, en otros casos. Por ejemplo, para los deportistas de élite, o por cuestiones de discapacidad o necesidades educativas especiales. Cuotas por sexo hay pocos ejemplos, aunque sí los hay, con formaciones públicos específicas para las mujeres.

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No obstante, ese peso histórico no puede recaer en el aspirante varón que puede quedar fuera a pesar de tener mejor nota. Porque su daño es individual y no colectivo, ya que si hablamos en global ya hemos dicho que la ventaja académica, y por ende también en el acceso, está de parte de las mujeres.

La muestra está en que en las titulaciones más demandadas, las relacionadas con la Sanidad con Medicina como culmen, el 70% del alumnado es mujer. Es bueno fomentar las matrículas femeninas en los títulos STEM, pero la realidad es que las mujeres ahora entran en los estudios por delante de los hombres.

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