![Criticar el físico del rival](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2025/02/12/198828028--1200x840.jpg)
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El ministro Óscar Puente ha vuelto a incendiar las redes (territorio de fácil combustión) con un comentario despectivo sobre Santiago Abascal a partir de un montaje fotográfico bastante tosco. «Barba puntiaguda para que nadie se de (sin tilde) cuenta de que no tiene barbilla. De ... puntillas porque Lepen (todo junto) es más alta que él. Camisas 3 tallas más pequeñas para lucir musculitos. Y nulas apariciones públicas para que nadie se de (otra vez sin tilde) cuenta de su cerebro vacío. ACOMPLEJADO (todo en mayúsculas) de manual». Dejando aparte las faltas de ortografía -como apuntaba Federico Jiménez Losantos el pasado sábado en este periódico, entre todo el Gobierno no juntan un Bachiller mal hecho- y orillando el tono agresivo, los insultos y descalificaciones, lo que me interesa en este momento es analizar el hecho de que se centre en el aspecto físico de un rival político para criticarlo. En su forma de vestir y hasta de posar. Es como los que se meten con Puigdemont, o con Boris Johnson o con Bolaños, por el peinado/despeinado que gastan. ¡Con la de motivos de fondo, no de forma, que hay para poner verde a cualquiera de los tres citados! No digo que el aspecto y el atuendo de los representantes políticos no pueda ser objeto de comentario, especialmente si no van apropiadamente vestidos a un evento que exige una determinada etiqueta. El mismo Pablo Iglesias que no dudaba en enfundarse en esmoquin para la gala de los Goya, evitaba usar la corbata para sus encuentros protocolarios con el Rey Felipe VI, como forma de mostrar su desagrado hacia el monarca. Pero creo que hay que dejarlo para programas ligeros, columnas de cotilleo y tertulias del corazón. El debate político es otra cosa. O debería serlo. Incluso el intercambio de golpes en las redes tendría que respetar ciertas normas. Seguro que a poco que lo piense, Öscar Puente encuentra argumentos con los que ridiculizar la cumbre de «patriotas» que convocó Vox en Madrid. (Históricos, incluso: si Trump está empeñado en hacer «América great again» y Abascal lo propio con España, ¿deberíamos reclamar a los Estados Unidos la devolución de Cuba y Filipinas?; lo dejo para próximos días). Pero fijarse en la talla de las camisas, en si se pone de puntillas o se deja barba para ocultar que no tiene barbilla... ¿en serio, Óscar Puente? ¿Eso es todo lo que tienes que aportar, todo lo que se te ocurre? En fin, no sé por qué pero el caso es que me ha venido a recordar a los superhombres Hitler, Himmler y Goebbels pontificando sobre la superioridad de la raza aria respecto al resto de seres humanos.
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