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Como lo conozco desde hace muchos años, antes de que se dedicara a la política o de que ocupara cargos de relevancia pública, y como ... sé de su inteligencia y capacidad, no dejan de sorprenderme algunas actuaciones, declaraciones o comentarios en las redes del portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Valencia, Juanma Badenas. Porque me parece que no son apropiadas, que no se corresponden con su personalidad política, que no le hacen ningún favor. Y que, por si no fuera suficiente, no creo que le gusten a buena parte de su electorado. Ya me sorprendió en campaña -para mal- con aquel vídeo en el que aparecía con un martillo neumático con el que, anunciaba, iba a levantar algunos tramos de carril bici ejecutados por el dúo dinámico Ribó&Grezzi. Vale que de cara a una cita electoral se hacen y se dicen cosas para llamar la atención, incluso provocar. Y que, en el fondo, todo el mundo sabe que no se van a cumplir. Pero quedan bien de cara a su público más fiel, más militante. Pero es que luego, desde que se constituyó la Corporación, lo he visto un tanto sobreactuado. Queriendo hacer ver lo enfadado que está por no entrar a formar parte del gobierno municipal. Cuando la lógica dicta que antes o después -probablemente más antes que después- él y los suyos se integrarán en el equipo de María José Catalá. ¿Entonces? ¿A qué viene ese tuit -que ya no es tuit porque Twitter ya no es Twitter sino X- comparando a la alcaldesa con el defenestrado por la ciudadanía concejal de Movilidad, uno de los personajes más siniestros y tóxicos para la convivencia que han pisado esta ciudad desde los lejanos tiempos en que Junio Bruto la fundara en el 138 antes de Cristo? ¿No es no ya exagerado sino profundamente desafortunado? ¿Es que no ha leído el análisis de Narciso Michavila en ABC acerca de lo que ocurrió el 23-J y por qué fallaron las encuestas, incluidas las suyas? Se lo resumo en dos flashes: uno, no supieron detectar un movimiento en los últimos tres días que lo cambió todo, el del votante «al que no le gusta Sánchez pero le gusta menos Vox»; y dos, mientras Sánchez y Díaz «no se pisaron la manguera», Feijóo y Abascal, sí; «Vox se presentó en sitios donde sabía que no salía». Así que la pregunta pertinente -y esto ya va de mi cuenta- es si PP y Vox van a seguir así, pisándose la manguera, o a asumir que están condenados a entenderse mientras el PSOE haga lo propio con la extrema izquierda (Sumar, antes Podemos) y los nacionalistas/independentistas. Si van a seguir así, adelante con los tuits (o como se llamen) graciosetes. Pero si no, Juanma Badenas, ¿para qué gastar esas bromitas con la que de aquí a dos días va a ser tu jefa?
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