Urgente El sumario de la dana recoge cómo murieron decenas de personas antes del SMS de alerta
IVÁN ARLANDIS

Otro plan para San Miguel de los Reyes. Y van...

Desde hace más de veinte años vengo oyendo hablar de «dignificar el entorno» del histórico monasterio

PABLO SALAZAR

Lunes, 20 de enero 2025, 23:30

La ronda Norte se llama en el callejero avenida de los Hermanos Machado. Denominación extraña por cuanto cada uno de ellos, pero especialmente Antonio, merecería ... su propia vía. Cosas de esta ciudad, que dedica una calle emblemática a un poeta menor, Querol, y relega al extrarradio y compartiendo honores con Manuel a una de las cumbras de la poesía española. La ronda no es del todo ronda pero tampoco es avenida. Y en su itinerario nos depara algunas sorpresas. En su arranque desde la rotonda del mirador que ya no es mirador y que siempre fue una gran estupidez en la que se consumieron impuestos de los ciudadanos nos encontramos con el cementerio de Benimaclet, pequeño y desconocido para la mayoría de los valencianos. A pocos metros ha surgido una espontánea y un tanto cutre granja urbana que incluye patos. A derecha e izquierda de la gran calzada de doble sentido sobrevive la huerta. En buen estado a la derecha, reconvertida en huertos de resistencia contra el PAI de Benimaclet a la izquierda, augurando los previsibles problemas que la construcción de las viviendas va a tener que sortear. Más adelante aparece el estadio del Levante, antaño en mitad de la nada, y unas cocheras y talleres de FGV. Y siguiendo unos metros en dirección Oeste, la joya de la corona, el monasterio de San Miguel de los Reyes, hoy biblioteca Valenciana. Tuve la suerte de visitar las obras de restauración, allá por la década de los noventa. Por cierto, con un trío de dirigentes (Zaplana, Manolo Tarancón y Rita Barberá) de los que los dos primeros han muerto y el primero ha sido condenado recientemente a 10 años de cárcel. Desde entonces vengo oyendo hablar del plan para reordenar el entorno del monumento y «dignificarlo» Porque es cierto -no hay más que verlo- que no es acorde a la importancia histórica del edificio y a su función actual. Pero como tantos otros proyectos urbanísticos que en Valencia se eternizan (el Parque Central, el solar de Jesuitas, el solar de El Pilar, la plaza del Ayuntamiento...) sobre dicho entorno no se ha actuado. Y ahora veo que se inicia la exposición pública de un nuevo plan especial. La nota informativa del gabinete de comunicación no aclara qué va a pasar con el inmueble de diez alturas situado frente a la entrada principal del monasterio. Me preocuparía que finalmente se hubiera decidido mantenerlo. Pero más me preocupa ver que pasan los años, las corporaciones y los alcaldes o alcaldesas, y San Miguel de los Reyes se mantiene como en una isla. No necesita más planes, pide a gritos la intervención pública.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad