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Prohibido tirar petardos
Belvedere

Prohibido tirar petardos

Los ayuntamientos de las grandes ciudades se ven impotentes ante fenómenos que exceden la capacidad de actuación y prevención de sus cuerpos policiales

Pablo Salazar

Valencia

Jueves, 10 de abril 2025, 23:22

Al poco de terminar las Fallas y tras el lamentable episodio de la explosión de un megapetardo en la calle del Padre Tomás Montañana, la ... junta local de seguridad estudió ampliar el horario de prohibición del material pirotécnico casero. Y el concejal de Seguridad ofreció la propuesta como una vía de resolución del conflicto planteado por los amigos de la pólvora sin control. Sólo le faltó añadir aquel cierre clásico de las historias infantiles, colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Mucho me temo, sin embargo, que no se haya acabado. Con los petardos en Fallas ocurre como con tantos otros asuntos problemáticos en las grandes ciudades, que parecen escapar al control de las autoridades. Piensen en el botellón. Se adoptó una solución muy parecida: prohibir comprar alcohol a partir de las 10 de la noche. La respuesta de los jóvenes que quieren consumirlo en grupo en la vía pública fue adquirirlo con antelación, por eso un sábado a las ocho y media de la tarde los supermercados están hasta arriba de veinteañeros que llenan carros de ginebra, vodka, cerveza... O piensen en los patinetes por las aceras, sin casco, a más velocidad de la permitida. Durante unos días, la Policía Local se emplea a fondo en algunas calles de la ciudad, sobre todo del centro, para multar a los infractores. Pero pasado ese ardor sancionador, todo vuelve a la 'normalidad', el caos circulatorio de los vehículos de dos ruedas impone su ley y los agentes desaparecen como por ensalmo (expresión viejuna y en desuso que incorporo a mi iniciativa -condenada al fracaso-para volver a hablar como nuestros padres y nuestros abuelos y dejar de decir «finde», «petar» y otras zarandajas millennials). A donde quiero llegar con estos ejemplos es a que los ayuntamientos se limitan a prohibir pero luego carecen de los medios coercitivos suficientes para hacer cumplir sus prohibiciones. Lo sufro a diario con los patinetes sin control que te adelantan por la acera circulando a 50 kilómetros por hora y llevando un pasajero. No hay suficiente Policía Local -lastrada por jubilaciones, vigilancia de edificios oficiales, operativos especiales de fin de semana que reducen el personal disponible en días laborables...- para asegurar que no se van a organizar más macrobotellones o que no se van a disparar más megapetados. Porque plantear una alternativa en este último caso consistente en restringir al máximo el calibre del material pirotécnico que se pone a la venta para el público, de eso no he oído que ninguna autoridad -ni central ni autonómica ni local- pretenda ni siquiera ponerse a debatir.

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