Contra el saludo nazi y contra el puño en alto

¿De verdad intentó Elon Musk hacer el saludo nazi? A saber. Entre el chaparrón de frikismo, excesos y excentricidades de la ceremonia de toma ... de posesión de Donald Trump y los festejos posteriores no soy capaz de vislumbrar si el multimillonario, el hombre más rico del planeta y propietario de X se vino arriba o quiso hacer una gracia sin gracia. O bien, simplemente, lo captaron en un momento en que extendió su brazo y todo lo que ha venido después se ha añadido de cosecha ajena. Me cuesta creer que se pueda ser tan tonto para adoptar una gestualidad que lo situaría no en el radicalismo de la derecha sino en una ideologóa perversa y criminal que provocó la mayor contienda bélica que ha sufrido la humanidad. Y que tuvo en el campo de concentración de Auschwitz -por ser el de mayores dimensiones- el epicentro del mal, el infierno en la Tierra, una fábrica de matar y torturar. ¿Qué iba a ganar Elon Musk con semejante memez? En cambio, que acreditados dirigentes comunistas como Yolanda Díaz, Ernest Urtasun o Sira Rego anuncien que se van de la red social del norteamericano porque se ha convertido en un altavoz de la extrema derecha y por el brazo en alto de su dueño me hacer ver hasta dónde es capaz de llegar la hipocresía de algunos políticos. Hombres y mujeres que no tienen inconveniente en ser fotografiados con el puño en alto, símbolo de la otra ideología genocida, el comunismo, responsable de más de cien millones de muertes en todo el mundo y que aún hoy sigue sojuzgando a naciones como China, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, Nicaragua o Venezuela. El brazo en alto es repulsivo y a nadie en su sano juicio se le ocurre en pleno siglo XXI mantener un gesto que todos asociamos con dictadura, opresión y fanatismo. Sin embargo, los partidos de la izquierda española -empezando por el PSOE- continúan cantando 'La Internacional' (mientras pactan con PNV, Junts... otra ironía) con el puño en alto. Y mucha gente lo ve normal, no les repugna. ¿Por qué? Por el dominio que la izquierda cultural y social ha impuesto a todos los niveles, en colegios y universidades, en los medios de comunicación, en el cine y en las series. Y no hablo sólo de España. ¿Cuántas películas se han hecho sobre el holocausto nazi? Y sin embargo, ¿cuántas sobre el 'Holodomor', la hambruna provocada por las políticas agrarias de Stalin que mató de hambre a millones de ucranianos? ¿Cuántas sobre el gulag? ¿Y sobre la invasión soviética de Polonia (acordada entre los dos dictadores)? Los dos gestos deberían ser desterrados de la vida pública, no sólo uno.