Los agujeros de Ciutat Vella

¿Qué se ha conseguido desde entonces? Poco, a tenor de las cifras que maneja la asociación de vecinos Amics del Carme, una de las entidades con mayor implantación en la zona. Ciutat Vella sigue acumulando 42.000 metros cuadrados de solares vacíos, entre las propiedades públicas y las privadas. Según el análisis de la entidad, a pesar de algunas intervenciones urbanísticas las cifras actuales muestran un retroceso mínimo en la reducción de solares vacíos. El Carmen es el barrio más afectado, con 98 solares que ocupan 18.153 metros cuadrados, seguido de Velluters, con 62 solares y 12.219 metros cuadrados. Otros barrios como La Xerea, El Mercat y Sant Francesc presentan menores cifras, pero comparten la misma problemática.

¿Se ha estancado la actividad urbanística en el centro histórico de Valencia? La conclusión de esta asociación de vecinos es que salvo los hoteles y los apartamentos turísticos, está todo más que parado. Una de las plataforma más conocidas y utilizadas por los compradores de viviendas lo ratifica: Según el portal de Idealista, en Ciutat Vella hay sólo tres promociones en oferta, una en la calle Salvador Giner, otra en la calle Torno del Hospital y una tercera en la calle Baja. Nada más.

Para uno de los mayores centros históricos de Europa, con una superficie de 169 hectáreas, la cifra es ridícula aunque haya alguna promoción más que se escape a esta plataforma. Al confrontarlo con los datos de los vecinos sobre los solares vacíos (160 sólo en el Carmen y Velluters), parece claro que el problema se agrava.

Es obvio que una buena parcela en cualquier PAI en las zonas de desarrollo de Valencia otorgará más viviendas de alquiler asequible que media docena en el Carmen. Aún así, el gobierno municipal de María José Catalá tiene una excelente respuesta con el problema de la falta de pisos en Valencia para solucionar de una vez la despoblación del centro y los perennes solares sin solución.

En el distrito de Ciutat Vella hay empadronadas 28.763 personas. Hace diez años la cifra era de 26.221 vecinos y una década antes se llegó al fondo con 25.184 residentes. Se avanza con demasiada lentitud y parece que el éxodo por la riada y el desarrollismo franquista mantiene todavía sus efectos.

Un paseo por las calles del centro invita a una conclusión engañosa. Bares y restaurantes por doquier, comercios que aguantan el tirón y una animada vida en las plazas peatonalizadas. Pero es un espejismo producto del turimo. Estoy convencido de que la edad media de los vecinos ha aumentado y eso es letal para el distrito.

El principal problema que tiene María José Catalá es la falta de vivienda. No lo ha creado ella ni lo podrá solucionar este mandato porque los asuntos urbanísticos necesitan un recorrido mayor, pero si logra desatascar un puñado de solares en el centro que perviven para vergüenza de todos, seguro que los vecinos se lo agradecerán. Ya he comentado alguna vez que apostar por vivir en el centro es algo sólo reservado para héroes y heroínas. Ayudemos los demás para que puedan llegar más residentes y que Ciutat Vella deje de ser un mero decorado turístico.